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Sofía Montenegro.

Frustración humana desata la violencia

Sofía Montenegro, periodista e investigadora, dice que el grado de frustración humana podría explicar las tendencias a la agresividad y la violencia en que vivimos Karla Marenco [email protected] El modelo de relaciones interpersonales está en crisis dentro de la familia nicaragüense por el alto grado de incomunicación y desinformación sobre la sexualidad, lo que está […]

  • Sofía Montenegro, periodista e investigadora, dice que el grado de frustración humana podría explicar las tendencias a la agresividad y la violencia en que vivimos

Karla Marenco [email protected]

El modelo de relaciones interpersonales está en crisis dentro de la familia nicaragüense por el alto grado de incomunicación y desinformación sobre la sexualidad, lo que está produciendo muchas enfermedades sociales, como la violencia y la intolerancia y un enorme agujero de infelicidad, según la periodista e investigadora Sofía Montenegro.

Montenegro en su libro “La cultura sexual en Nicaragua”, sostiene que así como hay en la vida objetiva y material una situación de pobreza, también hay una enorme pobreza afectiva y emocional que hace tremendamente infelices a los nicaragüenses.

“Ese grado de frustración humana podría explicar las tendencias a la agresividad y a la violencia que vivimos, porque los fenómenos sociales no salen de la nada. Toda esa energía sexual de la libido que no se canaliza apropiadamente se convierte en rabia, en violencia y frustración. Este elemento subjetivo explica la conflictividad y volatibilidad del temperamento de la cual supuestamente somos portadores los nicaragüenses”, manifestó.

De acuerdo a Montenegro, muchas mujeres están sosteniendo relaciones sexuales con sus parejas “por una actitud básicamente negociadora: para no tener más discusiones con el marido, para que no se vaya con otra, para no tener conflictos, para no ser acusada de infiel, hay 200 mil razones que tienen las mujeres para no reclamar el derecho de decir no, estoy cansada, no tengo ganas”.

“SOLO NOS QUEDAMOS CON LOS RELATOS ESTADÍSTICOS”

“Aquí se habla mucho de desarrollo humano sin tomar en cuenta esta situación que vive la gente, que es parte de las posibilidades de tener una mejor calidad de vida. Sólo nos quedamos con los relatos estadísticos y cubriendo las necesidades elementales de vivienda, salud, trabajo, etcétera ¿y el desarrollo de los individuos a dónde lo dejamos? Cómo lo hacemos?, pregunta Montenegro.

Considera la investigadora que la solución a todos estos problemas implica desarrollar eventualmente políticas de Estado de población y de educación consistentes, con una perspectiva estratégica para que las personas puedan madurar sicológica y emocionalmente y empiecen a combatir ese subdesarrollo afectivo para poder ejercer una buena sexualidad.

Más allá de simples estadísticas y anécdotas de los problemas de la gente, Montenegro dice que el asunto está más ligado a decir qué tipo de sociedad se está reproduciendo en Nicaragua y qué vínculo tiene todo esto con la famosa cultura política autoritaria.

Montenegro es del criterio que la cultura sexual en Nicaragua está todavía regida por el modelo colonial, donde la mujer es vista como una simple reproductora de hijos y el hombre puede hacer todo lo que quiera dentro y fuera del hogar.

EL DOLOR NO APARECE EN LOS ANÁLISIS DEL BANCO CENTRAL

“Lo que está recogido en el libro es un dolor nacional que obviamente no va a aparecer en los análisis del Banco Central. En la economía emocional del país hay una enorme depresión y este es el correlato del modelo político-económico que vivimos”.

Según Montenegro, la clave para comenzar a resolver los problemas está en la forma en que se socializan las personas dentro y fuera del hogar.

“Las posibilidades de diálogo se establecen desde la relación del infante con la madre, después crece en las relaciones con el grupo familiar, luego en las relaciones de pareja y finalmente en lo público. Va de lo absolutamente pequeño, individual y privado hasta lo absolutamente público”.

Para la investigadora, ese diálogo requiere transparencia, confianza y respeto mutuo. “Las relaciones interpersonales y afectivas se cultivan desde la base de la sociedad hacia fuera y eso no está sucediendo en Nicaragua. Esas son las razones de fondo, más allá de cualquier dato que pueda parecer más apabullante”.

ESTAMOS A TIEMPO DE REVERTIR EL FENOMENO

Montenegro considera que estamos a tiempo de revertir esta crisis afectiva. “El pueblo de Nicaragua que ha sufrido tanto, merece un proyecto nacional que tome en cuenta su propia situación anímica.  

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