Tito RondÓn [email protected]
El otro día les informábamos que Vicente Padilla llegó al campamento de los Filis de Filadelfia en Clearwater, Florida (cerca de Tampa), con un fuerte dolor en el tobillo derecho.
Pues bien, sin decir que Vicente ya está bien, Bob Brookover del “Philadelphia Inquirer” informa que el chinandegano impresionó al nuevo manager Larry Bowa.
“Tiró muy bien”, dijo Bowa. “Y estuvo tirando strikes. Lo que estamos tratando de hacer con él es que tire siempre con el mismo ángulo del brazo”.
En otras palabras, los Filis están convencidos que los problemas de Vicente Padilla son mecánicos, y simplificándole los movimientos le ayudará al nica a ser controlado.
La verdad es que el diagnóstico de los Filis es bastante acertado. Cuando estuvo Padilla en Arizona lanzaba bajito, no levantaba la pelota de la rodilla de los bateadores.
Con los Diamondbacks, Vicente tuvo efectividad de 2.31 en 27 juegos y 35 innings lanzados, le batearon para .242 y no permitió jonrón; dio una base por bolas cada cuatro entradas y un tercio.
Con los Filis, en 28 partidos y 30 entradas, Padilla tuvo promedio de carreras limpias permitidas de 5.34 y le batearon .327; caminó a un bateador cada dos innings y un tercio y le dieron tres jonrones.
Creo que se puede apreciar claramente que cuando Vicente está controlado, es dominante; cuando no, lo agarran como “bolero de tarro”.
Con control, y su velocidad natural, unas 94 ó 95 millas por hora, es casi imposible resolver al lanzador nicaragüense. Pero si se le suben los lanzamientos, los bateadores de Grandes Ligas lo masacran.
Aparte de que el mismo Vicente embasa más gente cuando está descontrolado por medio de las bases por bolas, lo que contribuye a que le anoten más carreras cuando le dan los batazos.
En total, Vicente Padilla tuvo marca de 2-7 y un rescate con efectividad de 3.72. Lo que parece una campaña bastante normal, hasta que nos damos cuenta que los dos triunfos fueron con Arizona, y seis de las derrotas con los Filis.
Sigo diciendo que Vicente está a un pelito de ser el cerrador de los Filis, y que es mejor opción que José Mesa, Ricky Bottalico y Wayne Gomes.
Ese pelito está en las manos del coach de pitcheo de Filadelfia, Vern Ruhle, quien fue un buen lanzador con los Astros de Houston, y ha sido coach de pitcheo en universidades, o sea que tiene experiencia en enfrentar a amateurs. O por lo menos amateurs recientes, como Vicente. Ojalá que se lleven bien y que puedan comunicarse, que se establezca una buena relación entre profesor y alumno.
Recordemos que no es cuánto sabe el coach, generalmente un ex lanzador, sino la habilidad de transmitir sus conocimientos.
Los montículos están llenos de los cadáveres de lanzadores que no pudieron entenderle a sus coaches de pitcheo…