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Gabi Zimmer es presidenta del Partido del Socialismo Democrático de Alemania.

Gabi Zimmer: “Fue un error fundamental menospreciar las libertades políticas”

Según la líder del poscomunismo alemán, ese fue el principal yerro del movimiento obrero. “Creo que más bien es necesario reflexionar cuál es nuestra propia culpa, nuestra propia responsabilidad, cuáles son los errores que hemos cometido y por qué cientos de miles de personas en la RDA ya no querían más el socialismo, y por […]

  • Según la líder del poscomunismo alemán, ese fue el principal yerro del movimiento obrero. “Creo que más bien es necesario reflexionar cuál es nuestra propia culpa, nuestra propia responsabilidad, cuáles son los errores que hemos cometido y por qué cientos de miles de personas en la RDA ya no querían más el socialismo, y por qué cientos de miles de obreros decían: “Mejor estar desocupados en Alemania Occidental que trabajar en el socialismo”

Alberto L. Alemán [email protected]

El rostro de esta mujer delgada, de hablar suave y rítmico, de una amabilidad distante y equilibrada, poco tiene que ver con la desgastada máscara que era la cara de Erich Honecker, uno de los más inflexibles magnates del parque jurásico comunista que gobernaba Europa del Este hasta 1989.

Ni con la del secretario general Honecker ni con otros privilegiados del liderazgo de la República Democrática Alemana (RDA).

Desde octubre de 2000 preside el Partido del Socialismo Democrático (PDS), heredero del Partido Socialista Unificado Alemán (PSUA), comunista, el cual monopolizó el poder en la RDA por 40 años.

Llegó al cargo a través de una lucha electoral interna. Un factor de su éxito contundente fue, según señalan los analistas, el respaldo del carismático líder Gregor Gysi, hoy ministro de Economía del gobierno local de Berlín.

Sin emitir una condena total del pasado comunista de la RDA, admite que hubo “violaciones a los Derechos Humanos” y otros “errores”, y fue un paso más allá.

Entre otras cosas, Gabriele Zimmer o Gabi Zimmer, como prefiere llamarse, afirma que “el error fundamental” del movimiento obrero internacional fue haber dado primacía a los derechos económicos sobre los derechos políticos.

Su elección al cargo y sus declaraciones, exclusivas para LA PRENSA, delatan un grado de reflexión ideológica y debate interno partidario ajeno a muchos partidos de la tradicional izquierda latinoamericana, a menudo enfermos de un caudillismo obsoleto.

Como líder de una fuerza que dice representar los intereses de los alemanes orientales, reclama mejores políticas de su gobierno hacia el Este.

Éstos son fragmentos de la entrevista sostenida en su despacho, en el cuarto piso del edificio de Kleine Alexanderstrasse 28, en el este de la capital alemana.

Ud. fue miembro del PSUA y luego pasó al PDS. ¿Cómo evalúa el PDS el pasado, el legado político de la República Democrática Alemana?

En 1989, mucha gente en el antiguo PSUA se preguntaba qué paso era posible con este partido, que tenía ambiciones de dirección y si de este partido se podía hacer uno verdaderamente socialista; si es posible romper con el estalinismo, pero no solamente en las tesis del partido, sino también en la forma de pensar y actuar de sus militantes. Yo puedo decir hoy que somos el único partido en Europa del Este que realmente ha materializado este rompimiento con éxito.

De nuestra relación con la RDA se desprende lo siguiente: Hacemos la pregunta por qué ha fracasado el intento de construir una sociedad socialista. Discuto (esto) en mi propio partido una y otra vez.

Creo que debemos dejar la discusión desde el punto de vista de una confrontación entre dos sistemas.

Creo que más bien es necesario reflexionar cuál es nuestra propia culpa, nuestra propia responsabilidad, cuáles son los errores que hemos cometido y por qué cientos de miles de personas en la RDA ya no querían más el socialismo, y por qué cientos de miles de obreros decían: “Mejor estar desocupados en Alemania Occidental que trabajar en el socialismo”.

Los regímenes comunistas en Europa del Este, Cuba y en mi país, Nicaragua, fueron sistemas autoritarios, antidemocráticos, represivos, y para algunos críticos, criminales. ¿Qué opina Ud.?

Pienso que se pueden ver algunas cosas de esta forma también en la RDA. Considero que en la RDA hubo mucha injusticia, hubo violaciones de los Derechos Humanos. El error más grande que ha cometido la RDA ha consistido en el hecho de no haber desmantelado el muro (de Berlín) que ha (impedido) la libertad de movimiento de la población después de 1961 (año de su construcción). También ha fracasado por haber pensado, por esta convicción de que se podía construir el socialismo (detrás) de un muro.

Y dentro de esta concepción es que se han producido las violaciones de los Derechos Humanos, y una de nuestras posiciones más importantes de hoy (es que) un socialismo que limite la democracia, las libertades, que permite que se violen los Derechos Humanos: un socialismo así no puede existir.

En 1990, los conservadores (la CDU o Unión Demócrata Cristiana) ganaron las elecciones en (los antiguos Estados de) la RDA con la consigna “libertad o socialismo”.

Hoy, después de haber sacado estas conclusiones, nosotros propugnamos una sociedad socialista que incluya la libertad y la democracia, y el respeto a los Derechos Humanos.

¿Y en qué consiste eso que Uds. llaman “socialismo democrático”? ¿Significa respeto por la economía de libre mercado, juego político democrático, elecciones libres, la alternabilidad en el poder de los partidos de derecha e izquierda?

Evidentemente, esto incluye todo esto. Incluye la competencia, el rendimiento, el progreso de una sociedad, pero incluye también la estabilidad social para todos aquellos que o por razones propias o ajenas a ellos, no están en condiciones de estar a la altura de la competencia que existe.

Pero la diferencia principal entre las ideas anteriores del socialismo, el de antes de 1989 (cuando “cae” el muro de Berlín), y las que tenemos hoy es la siguiente: el movimiento obrero alemán e internacional, durante muchas décadas, ha afirmado una prioridad de los derechos humanos sociales con respecto a los derechos libertarios. Lo que nosotros queremos y discutimos al hablar de una sociedad justa, socialista, consiste en superar también este error fundamental del movimiento obrero alemán.

Es decir, la columna los derechos sociales fundamentales unirla con (la otra) de los derechos libertarios, fortaleciéndolas recíprocamente (en alemán: “Mit einander verstaerken”). Me parece que estamos encontrando muchas simpatías para estas ideas.

¿Significa eso más intervención del Estado en la economía mayor a la que ya existe en este país?

Somos partidarios de que el Estado cree un marco de condiciones dentro de las cuales pueda desarrollarse la economía. Pero también estamos exigiendo la responsabilidad social.

¿Cuál es la postura del partido ante la globalización?

Sabemos que no es posible detener la globalización. Pienso que más bien las consecuencias de una globalización ilimitada se tienen que estudiar un poco más detenidamente, mirando especialmente la relación Norte-Sur (ricos-pobres), mirando la enorme deuda de los países en desarrollo. En ese momento vemos solamente un movimiento global de los capitales, pero no estamos viendo realmente más solidaridad entre los países, entre los continentes.

Estamos viendo también una cierta hipocresía de nuestro propio gobierno en el sentido de su promesa hecha en la última campaña electoral en 1999, de cumplir finalmente con el compromiso internacional de aportar un 0.7% del PIB para fines de desarrollo. De momento no se cumple eso, Alemania continúa con el 0.23%.

¿Cómo ven Uds. a Alemania en una Unión Europea ampliada hacia el Este?

Sí, somos partidarios de la ampliación hacia el Este, pero insistimos que los países que quieran afiliarse puedan hacerlo sobre una base de igualdad de derechos y que no sean tratados como miembros en desventaja.

El presidente del Bundestag (Cámara Alta del Parlamento), el Sr. Wolfgang Thierse, quien es un ex ciudadano de la RDA, dijo que la gente del Este solamente se queja y no toma la iniciativa.

Lamento mucho el hecho de que justamente el Sr. Thierse sea el presidente del Parlamento Federal, de que tenga esa opinión porque no sabe lo que habla. Simplemente no es verdad que la gente en el Este esté esperando solamente que el Estado les dé todo (…)

El problema es que se le ha dicho a la gente que tiene que ser flexible, que tiene que moverse, crear sus propias empresas, háganse independientes.

Y ahora le pregunto a usted: ¿Cómo en una región con una monoestructura, digamos la industria química, donde de un golpe miles de personas han perdido sus trabajos en algo en lo que estaban especializados con alta calificación, cómo todos de un golpe van a crear sus propias empresas si no hay mercado, si no tienen ningún fondo de capital que les permita sostener una pequeña empresa en momentos difíciles?

La gente ve también que a una empresa que tiene millones desde el principio, los bancos prefieren prestarle 50 millones (de euros) a una empresa de este tipo en vez de diez mil euros a una pequeña que lo necesita.

¿Qué hacer en tal caso?

Muchos alemanes orientales tienen excelentes ideas, son muy creativos porque ya estaban acostumbrados desde el tiempo de la RDA, para, como decimos aquí, “hacer bombones de la tierra” (algo bueno de la nada). Ahora, si tienen una idea donde hay un nicho en el mercado que podrían llenar, les faltan las condiciones fundamentales para lanzar las ideas (y) se ven obligados a vender la idea a alemanes del Oeste que tienen el dinero.

Lo que necesitamos urgentemente para el Este es inversiones para el futuro. Necesitamos puestos de trabajo que tengan futuro y que aseguren las condiciones adecuadas.

Algunos partidos creen que en futuro del Este radica en lo siguiente: la gente aquí tiene que conformarse con salarios inferiores. Así tenemos unas diferencias salariales muy grandes entre el Este y el Oeste.

Lo que hace que los jóvenes que ven la oportunidad se van a los estados del Oeste. Los que se van son jóvenes, mujeres, y son bien formados. Aquí se quedan aquí ya se están llamando otra vez: DDR, “Der dume Rest” (juego de palabras en alemán : “Los tontos del resto”, y las siglas DDR significan en alemán República Democrática Alemana).

Y esto tienen que ver algo con el sentimiento de las personas de que la unificación se ha hecho con el único propósito de crear un mercado en el Este para la industria del Oeste, sin necesitar de la gente, la industria, ni de los científicos y artistas del Este.

TAMBIEN ES ABUELA

Gabriele Zimmer nació en Berlín el 7 de mayo de 1955. Sin embargo, su infancia la pasó en Schleusingen, Estado de Turingia.

Aunque trabaja y reside en Berlín por sus actividades políticas, su hogar está en una localidad a 400 kilómetros de la capital. Dice que a veces, se cruza en la autopista con su marido, quien viene a verla, mientras ella viaja a casa.

Asegura que desde hace 25 años está “muy felizmente casada” con su marido.

Habla de que tiene dos hijas “casi adultas” —teme llamarlas plenamente adultas para que no se enojen, explica entre risas— y que ya la hicieron una abuela con dos nietos.

De formación es traductora de francés y ruso.

Ingresó al PSUA en 1981 y perteneció a este partido hasta 1989, cuando se desmorona el Muro de Berlín, lo que indica que estaba en un estado intermedio en la carrera partidaria comunista.

En 1990 ingresa al nuevo partido, al PDS, llegando en 1995 a la directiva.

En 2000 es electa presidenta. También es diputada ante el Parlamento del Estado de Turingia.  

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