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Los aficionados del Real Estelí cuentan entre las barras más entusiastas del deporte nacional, sin embargo el gran interés desplegado por la reciente final de fútbol de Primera División no ha sido aprovechado para impactar de forma contundente en el todavía “virgen” mercado deportivo nicaragüense.

Una empresa subvalorada

El deporte es un mercado “virgen” en Nicaragua, que no ha sido explotado a favor de los atletas Wilder Pérez [email protected] Xochilt Arauz es una de las atletas amateur más impactantes de América. Como judoka, sólo le falta destacar en las Olimpiadas. Gracias al deporte superó un problema cardíaco, y ahora es un ejemplo de […]

  • El deporte es un mercado “virgen” en Nicaragua, que no ha sido explotado a favor de los atletas

Wilder Pérez [email protected]

Xochilt Arauz es una de las atletas amateur más impactantes de América. Como judoka, sólo le falta destacar en las Olimpiadas. Gracias al deporte superó un problema cardíaco, y ahora es un ejemplo de determinación y disciplina para la juventud nicaragüense.

Cada vez que va a competir fuera del país, siente tristeza porque atletas de menor nivel que ella, visten un mismo buzo al desfilar, y les dan su lugar en sus países, incluso sirven de modelos para marcas a cambio de patrocinio.

Uno de ellos es el salvadoreño Miguel Moreno, amigo de Arauz. Según ella, su colega recibe al menos 300 dólares mensuales de un banco cuzcatleco, aparte de la ayuda del gobierno, de su federación, y de otras empresas, a cambio de explotar sus cualidades para publicidad. Sin alcanzar los logros de la nicaragüense, es todo un personaje en su país. En cambio ella no tiene fama más allá del ámbito deportivo.

Con eso, la mayor cantidad de dinero que Xochilt recibe es 150 dólares, pero sólo de manera casual, gracias al patrocinio exclusivo de sus padres, una ama de casa y el dueño de un taller de mecánica en Estelí.

Los recibe cuando va fuera del país, y si necesita un uniforme nuevo para competir, el dinero se le va en eso. Aparte, compra sus propias coderas, rodilleras, tobilleras, vitaminas, y como no tiene nutricionista, la única forma de cuidar su peso es cargando eternamente una báscula, sin saber sus niveles de nutrición. Lo único que tiene a su favor es el entrenador, quien además hace de sicólogo, masajista, y resto.

Como ella, los miles de atletas nicaragüenses hacen fuertes sacrificios para sobrevivir por su cuenta, dado que el deporte en el país, no es una empresa rentable.

Al menos así lo asegura Raúl Obregón, de M&R Consultores. Según el experto, esto se debe a que la industria deportiva depende de los espectadores, y en la actualidad, no hay identificación entre el público y los deportistas, o los clubes deportivos.

Obregón considera que esto se debe a dos razones.

La primera, que el público no siente como propios a los clubes locales, especialmente porque los principales deportes de pronto parecen estar manejados con objetivos politiqueros.

La segunda, que el deporte internacional es más popular que el nacional. Un ejemplo de esto podría estar en el fútbol. Éste es el segundo deporte en popularidad, después del béisbol, pero antes de hablar del Diriangén o Real Estelí, los jóvenes opinan sobre la “Juve” o el Real Madrid.

Así, los empresarios que prefieren auspiciar los llamados “productos enlatados”, sobre atletas que podrían servir como perfectos modelos para su público meta.

LA CLAVE

El experto considera que las federaciones deportivas necesitan una buena estrategia de mercado, pero que eso no será suficiente para que el público se interese en el deporte, y, por lo tanto, éste se vuelva rentable para los patrocinadores.

Arauz y resto de deportistas son víctimas de ese aspecto. En los dos últimos torneos internacionales que se han realizado en Nicaragua, el Centroamericano de Voleibol y el Centroamericano y del Caribe de Karate, no han alcanzado una audiencia de cuatro mil personas a la vez.

EL MERCADEO

Jorge Ayestas, un ex atleta de alto rendimiento, experto en gestiones de mercado, opina que una estrategia, bien hecha, sí hace rentable el deporte, aún en estos momentos, en que Nicaragua está en cero respecto al tema.

El mejor ejemplo que ofrece, es el de su propia experiencia, al frente del programa “3×3 Gatorade”. Ayestas llega a las empresas mostrando las ventajas que obtienen al apoyar el deporte.

“Hay unos indicadores de mercadeo que dicen cuánto se generó con un evento. Lo que invierten lo tienen que justificar, como las veces que salió en el periódico, las veces que se habló de mi marca. La única forma de convencer es demostrar lo que somos capaces”, comenta, aunque deja claro que eso cuesta al menos tres años, y los empresarios tienen poca paciencia.

Por otro lado, está la inexperiencia de los federados que, según Ayestas, no le dan al deporte el lugar que merece, y hacen sus actos casi en cualquier parte. Ejemplo de esto es la federación de béisbol; con todo y que se trata del deporte más popular, hasta hace poco convocaban a 40 personas a una conferencia de prensa, en una oficina donde caben diez periodistas.

Aquí sí tiene suerte Xochilt, porque el presidente de judo, Frank Silva, tiene a su disposición las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (caso contrario a la Universidad Centroamericana, que después de ser una institución deportiva, con equipos de Primera División en distintos deportes, ahora no quedan ni ruinas de eso).

LA CULTURA

Ayestas también observa el problema desde el ángulo cultural. Nadie está pendiente de la vestimenta de un atleta, que su marca se vea en ella todo el tiempo, y que nunca desluzca. Aparte, los deportistas no cuidan las marcas de sus patrocinadores, y los dirigentes se ven poco preocupados porque en cada entrevista aparezca el logotipo de sus auspiciadores.

Pero la situación cambia en las gestiones. Su federación no convence a nadie para patrocinar a la judoca.

Algunos atletas sí logran patrocinio, pero Ayestas opina que sí hay esfuerzos bien dirigidos, pero no obedecen a estrategias de mercadeo, porque lo que se necesita es una filosofía de “ganar y ganar”, lo que no ocurre en la práctica.

Así, mientras los empresarios nicaragüenses desaprovechan la oportunidad de promover sus marcas a través de Xochilt Arauz, los extranjeros no pierden tiempo, y viven del deporte, como de cualquier otra empresa rentable.  

Deportes

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