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sonia aguirre palacios, hermana de Silvia, se abraza a una de sus familiares tras conocer el veredicto que un jurado emitió en contra de Pedro Jiménez..

Declaran culpable al “carnicero” de Tipitapa

Jurado de conciencia dictó su veredicto a las 11:10 de anoche, condenándolo por asesinato atroz Elízabeth Romero En medio del llanto de júbilo de la familia de Silvia de los Ángeles Aguirre Palacios, de 23 años, un jurado de conciencia declaró culpable, ayer a las 11:10 de la noche, a Pedro Jiménez Cantarero, acusado del […]

  • Jurado de conciencia dictó su veredicto a las 11:10 de anoche, condenándolo por asesinato atroz

Elízabeth Romero

En medio del llanto de júbilo de la familia de Silvia de los Ángeles Aguirre Palacios, de 23 años, un jurado de conciencia declaró culpable, ayer a las 11:10 de la noche, a Pedro Jiménez Cantarero, acusado del delito de asesinato atroz en contra de esta joven, a quien mutiló el 24 de octubre pasado.

El veredicto fue dictado en medio de los aplausos que los familiares de Silvia realizaron. “Dios me ha hecho justicia”, dijo la madre de la víctima, Miriam Palacios.

Antes del veredicto, Jiménez Cantarero, por primera vez desde que inició el proceso en su contra, habló en público para declararse inocente, pese a que en sus primeras declaraciones tras ser capturado por la Policía Nacional, aceptó haber cometido el crimen.

“Me considero inocente, me culpan de algo que yo no hice”, dijo Jiménez durante su alegato, casi al final del juicio llevado a efecto en el Juzgado de Distrito Penal de Tipitapa.

Momentos antes, Sonia Aguirre, la hermana de la víctima, había dicho ante el jurado: “Nadie más pudo haber hecho eso, él siempre la amenazó… En nombre de esos niños que claman por su madre, les ruego justicia”.

“Tengo miedo que ese hombre me vaya a matar”, recordó Aguirre que le había dicho en varias ocasiones la víctima.

Silvia fue asesinada en un potrero de la comarca Quebrada Honda, camino a San Francisco del Carnicero. Al amanecer del día siguiente, su cuerpo mutilado fue encontrado por el campesino José Flores Villegas, cuando los perros se comían sus restos. Al cuerpo le faltaban la cabeza y la pierna izquierda, los cuales aún no han sido encontrados.

DECAPITADA VIVA

Según el forense Óscar Flores Bravo, Silvia fue decapitada cuando aún tenía signos vitales. El asesino le propinó a su víctima cinco heridas a la altura del tórax.

Marcial Ríos Valle, uno de los nueve testigos que presentó la Fiscalía, relató que en la madrugada de ese fatídico día escuchó que del sitio del hallazgo venía el grito de una mujer, el cual era sofocado por el motor de un vehículo encendido, cuyas luces iluminaban el camino a San Francisco del Carnicero, pero que aún así escuchaba que ésta repetía “salvaje”.

Las hebras de cabello encontradas en la mano izquierda de la víctima, las cuales coincidían con las de la parte frontal derecha del acusado, aparentemente fue una de las evidencias determinantes que encontró el jurado para emitir esa sentencia.

La fiscal Leyla Prado señaló que tras una exhaustiva investigación lograron determinar que Jiménez fue el responsable del atroz hecho, “causándole tormento y sufrimiento” a su víctima, a quien embriagó antes de asesinarla, lo que demostró que hubo premeditación y alevosía.

MACABRAS ESCENAS

El forense expuso al jurado las grotescas escenas del cuerpo mutilado que fue encontrado en la escena del crimen. Además de cercenarle la cabeza y la pierna izquierda, el asesino le seccionó las partes genitales.

“El cuerpo presentaba decapitación completa, desde la base del cuello por herida corto-contudente, en la lesión se observan bordes regulares y signos de reacción vital en todo su contorno y presencia de coágulos adheridos a los bordes, lo que indica que las heridas fueron infringidas en vida o estado agónico”, concluye el forense.

CUERPO FUE ARRASTRADO

El cuerpo presentaba las huellas de que había sido arrastrado varios metros y halado por las extremidades superiores, en posición boca abajo. Al igual que la marca “XAX” entre el tórax y el abdomen, que según la fiscal Prado, la marcó como si se tratase de madera de su propiedad. Uno de los testigos relató que una de las característica entre los compradores de madera es marcar con alguna seña las trozas de su propiedad.

El forense determinó que a la altura del tórax, la víctima sufrió cinco heridas de arma cortopunzante, las que pusieron en riesgo los órganos vitales de la víctima. También le fue propinada otra estocada por la espalda.

Las heridas causadas oscilaban entre siete y ocho centímetros de profundidad y 2 a 2.5 de longitud, según el forense.

El experto dijo que el cuerpo presentaba múltiples heridas en las axilas derecha e izquierda, que sugieren que el asesino intentó amputarle ambos brazos, cuando la víctima ya no tenía vida.

Todas las heridas pudieron haber sido provocadas con una misma arma blanca, concluye el forense.

Según las investigaciones de la Policía Nacional, ese fatídico día Jiménez se comunicó con su ex cónyuge, con quien después de encontrarse por la tarde en las inmediaciones de la Rotonda Larreynaga, la condujo a un sitio conocido como la Cueva del César, ubicado en Bello Horizonte, donde consumieron licor.

DENUNCIADA COMO DESAPARECIDA

La familia Aguirre Palacios consideró que Silvia de los Ángeles Aguirre había desaprecido, luego que no regresó a su casa el 24 de octubre.

En vano la esperaron sus hijos, padres y hermanos en el porche de la vivienda en la casa de Larreynaga,

Sonia Aguirre, su hermana, albergó la esperanza de que su ex cónyuge Pedro Jiménez, la tuviera secuestrada y hasta llegó a llamarlo a su celular para consultarle, pero éste lo negó. Según Sonia, los antecedentes de violencia y maltrato en contra de su hermana le llevaban a sostener esta hipótesis.

Al día siguiente la familia presentó la denuncia ante el Distrito Cuatro de la Policía.

El color blanco plateado con que llevaba pintada las uñas de las manos y pies, y un prensapelo estilo piraña, color café, encontrado cerca del lugar donde se hallaba el cuerpo, sirvieron para identificar a la víctima.

NO SE INMUTÓ

Pedro Jiménez Cantarero recibió el veredicto de culpable, sentado en su silla frente al jurado, sin inmutarse, como permaneció durante el tiempo en que se efectuó el juicio por el delito de asesinato atroz contra Silvia de los Ángeles Aguirre, su ex cónyuge.

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