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La cocina literaria de Estrella del Valle

[doap_box title=”Felicidad” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] No sé bien cómo es, pero yo sé que existe. La vi una vez saliendo del bolso de una muchacha en la calle Insurgentes, colgaba del lado izquierdo y se cayó, un mes después la vi rodando cuesta abajo en las escaleras de un centro comercial barato y perderse, aún cuando […]

[doap_box title=”Felicidad” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

No sé bien cómo es, pero yo sé que existe.

La vi una vez saliendo del bolso

de una muchacha en la calle Insurgentes,

colgaba del lado izquierdo y se cayó,

un mes después la vi rodando cuesta abajo

en las escaleras de un centro comercial barato

y perderse, aún cuando yo le gritaba: detente;

y una tarde en que sacaba la basura de mi casa

la recogí de una bolsa con un logo de moda

como carta de presentación.

—Muchacha, qué haces aquí,

déjame darte una sopa caliente.

Así la conocí, yo sé que existe, porque la

vi en mi casa comiéndose una sopa de fideo

caliente sentada frente al televisor.

Si usted la ve, no la tire.

Devuélvamela a esta dirección.

Sombrero

Era un sombrero chico, café, el de mi abuelo,

—pero eso ya lo he dicho en otra ocasión—

Este sombrero, era, digamos uno de fieltro fino

con elegantes acabados de gamuza

que compró en un callejón en los años cincuenta

para cubrirse del sol, para pedir la mano

de mi abuela, y para hacer el truco

de la moneda saliendo de su oreja. También lo usó

en la época de las tormentas, en las fiestas y

en la primera comunión de sus nietas;

y en las tardes cuando la lluvia arrecia

él usaba su sombrero, era uno de fieltro fino

con elegantes acabados de gamuza, que hace

dos años dejó de colgarse en el perchero

al que quise hacerle este poema.

Es un libro sobre un viaje, el inicio de un desplazamiento, de la llegada a Los Ángeles (North Hollywood) y que acompaña una cierta visión nostálgica de México

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México.— Los Ángeles son dos ciudades unidas por un intersticio, un hyphen, que como un puente conecta a los habitantes de México con esta ciudad, donde se concentran más mexicanos después del DF. Los Ángeles es la ciudad que conjuga el concepto de Améxica, un Estados Unidos latinizado, cuarteado en barrios donde cada ciudad es la cabeza de la hidra angelina. Llegar a Los Ángeles es llegar a un capítulo mágico realista (magical urbanism, según Mike Davis) donde convive la máxima maquiladora de sueños mundiales (Hollywood) y la trituradora de sueños locales (North Hollywood). En Hollywood habita el ideal rubicundo de las celebridades de celuloide y en el norte el México y Centroamérica profundo como una favela o ciudad satélite en una colmena de complejos departamentales que parecen una repetición de fractales infinitos.

Vuelo México-Los Ángeles Puerta 23, de la poeta veracruzana Estrella del Valle, tiene como escenario esta ciudad intersticial. El primer capítulo se titula Lo que se me olvidó en la otra maleta y se compone de ocho poemas donde se habla con nostalgia de lo perdido: llaves, sombrero, estrellitas, lluvia. Dice sobre la lluvia:

“De todas formas, si / usted / ve a la lluvia extraviada en la acera de cualquier/ vecindario / ¿Podría llevarla al cuartel de policía / más cercano? Se torna peligrosa de cuando / en cuando” (p.16).

En el capítulo dos, Mexican Cooking Classes se utiliza el formato del recetario para componer fábulas políticas como “Pipián de indio” o “Mole coloradito de cerdo” que cito completo a continuación:

Se desvenan los chiles

se asan ligeramente y se remojan,

se muelen con el jitomate,

ajo, ajonjolí tostado y las especias,

se muelen bien, bien, bien,

y si es necesario se encarcelan injustamente.

se deja hervir hasta que la salsa queda espesa.

ya que está bien frito,

se le agrega una gran pieza de cerdo,

a quien algún día le darán

una sopa de su propio chocolate. (p. 27)

El recetario se convierte en una suerte de parábolas que esconden una moraleja a la manera de Monterroso o José Emilio Pacheco, o mejor como algunos poemas políticos de Eduardo Galeano. El capítulo tres Se solicita muchacha inicia con el poema Wrong Number que describe el destartalado aparato cultural norteamericano (Con Paris Hilton como su edecán) desde los ojos latinoamericanos: “Señor productor, yo quiero ser artista. He mirado las revistas en que sale esa / muchacha rubia, / la heredera de la cadena de hoteles” (43). El catastro de los siguientes poemas describe el panorama de cultura de la celebridad: Victoria Beckham, la lista de Forbes, las mujeres a las que el cabello les brilla “como un mango de temporal”. Por otro lado, en el poema Contour, en formato de epístola, se habla de los afanadores del sueño americano, de la elegancia de una casa en esta calle de la opulencia, donde, “están solicitando una muchacha”. (p. 52)

El capítulo cuatro 5 Boring Poems se habla también sobre el hastío y soledad que acompaña el sueño americano, el aburrimiento: “Tiene tiempo que busco una palabra / un camino amarillo para decirte que todo aquí es / bien aburrido, pero no quiero hacerlo así de / frente” (p. 56). El capítulo cinco Contrabando y traición es una sección más reaccionaria con algunos poemas donde se ofrecen algunos datos biográficos (según la nota al lector): “Mi madre fue una maestra normalista que / regresaba a casa con unas cuantas monedas / en su bolsa / y los zapatos gastados por el lodo y una bolsa / de pan / y una bandera roja”. (p. 64)

El capítulo seis insiste sobre la pérdida de fe al llegar a la ciudad y se habla sobre algunos espacios del paisaje angelinos como “Dora’s Palace”, “Welcome to the Los Ángeles Zoo” o “Hollywood Boulevard”. El último capítulo Táctica y estrategia se habla sobre los “Juegos de guerra” de la infame “School of the Americas” en el tono irónico de un juego infantil: “Tú la traes. Un, dos, / tres por mí y todos mis compañeros / desaparecidos a la hora del recreo”. (p. 99)

En resumen, Vuelo México-Los Ángeles Puerta 23 es un libro sobre un viaje, el inicio de un desplazamiento, de la llegada a Los Ángeles (North Hollywood) y que acompaña una cierta visión nostálgica de México (Veracruz). Una de las vertientes del libro es la cultura de la celebridad norteamericana en contraste con la cultura mexicana (latina), es decir los dos polos que trabajan por el mismo “sueño americano” los productores de sueños y quienes se encargan de acicalarlo.

Estrella del Valle presenta un texto donde aborda las realidades de vivir en la grieta entre dos culturas, tres lenguajes (español, inglés y spanglish) así como las diferencias de clase, raza y cultura que se golpean tectónicamente en esta ciudad donde conviven casi todas las culturas del mundo. En este universo angelino, la única posibilidad es la escritura firme en un apartamento con una ventana que da hacia una calle repleta de autos, mujeres paseando a sus perros, palmeras, las colinas donde viven los ricos bajo un cielo azul y un sol invariable, porque como dice: “todo el mundo lleva una / guerrilla adentro / tratando de aventar una granada por la boca”. (p. 68)

La Prensa Literaria

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