La sede de la Embajada de los Estados Unidos en Managua fue ayer el nuevo blanco de los ataques de las turbas orteguistas que armadas de piedras, palos, morteros y huevos llegaron ahí para exigir al embajador Robert Callahan que abandone el país y que el Gobierno lo declare non grato, porque el miércoles éste criticó la decisión de seis magistrados sandinistas a favor de la reelección de Daniel Ortega.
“Callahan: o te callas o te callamos; o te salís o te sacamos, hijueputa”, gritaban en coro las turbas integradas por ebrios, algunos universitarios, miembros de la Juventud Sandinista, del Frente Nacional de los Trabajadores (FNT) y empleados públicos, guiados por el diputado Gustavo Porras.
La sede diplomática ubicada en el sector de Las Piedrecitas, al suroccidente de la capital, comenzó a ser atacada antes del mediodía y las turbas se marcharon totalmente hasta luego de las 4:00 de la tarde.
Durante esas cinco horas, los simpatizantes orteguistas destruyeron con piedras y palos las luminarias exteriores, las cámaras de seguridad y un rótulo con el escudo del Gobierno estadounidense ubicado en la entrada del Consulado de la sede.
Además, colgaron una pancarta en la que se leía “Callahan go home” y mancharon los muros perimetrales del edificio con consignas antiimperialistas o leyendas como “Yankee criminal” o “Fuera yankee”.
También, lanzaron morteros que llegaron hasta el patio delantero de la sede construida dos años atrás y tiraron decenas de huevos contra su fachada, mientras centenares de antimotines y otros oficiales permanecían al borde del andén de la sede sin detener a las turbas.
ANTIMOTINES “EN ACCIÓN”
El único momento en el que los antimotines se enfrentaron a la muchedumbre fue cuando un grupo de jóvenes ebrios forcejeó con ellos para que los lanzamorteros subieran al andén de la Embajada y las fuerzas especiales los dispersaron lanzando bombas lacrimógenas.
La protesta “engrosada” con empleados públicos, que llegaron caminando o a bordo de vehículos particulares, se disolvió luego que Porras improvisara una “asamblea popular” en la que pidió a los reunidos que levantaran la mano cuántos querían que el Gobierno expulsará a Callahan y éstos respondieron gritando “fuera” y con las manos alzadas.
“Por unanimidad que se vaya este chele que trata de entorpecer las relaciones entre los gobiernos de Nicaragua y los Estados Unidos”, gritó Porras.
CANCILLERÍA “PRONTITA”
Simultáneo a las peticiones de las turbas guiadas por Porras, la Cancillería de la República publicó un comunicado de cien palabras, en el que declara “inaceptable la política injerencista y desestabilizadora del Gobierno de Estados Unidos” .
“El Gobierno de Nicaragua considera inadmisible la intervención de los Estados Unidos en asuntos de orden interno, y en decisiones soberanas de las instituciones del Estado nicaragüense… Reitera su compromiso de dignidad y orgullo nacional y su firme decisión de construir relaciones de entendimiento, cooperación y respeto con todos los gobiernos del mundo, incluyendo los Estados Unidos”, dice el comunicado.
Al final de la tarde también se mencionó que Callahan fue citado por la Cancillería del país, pero la Cancillería estaba cerrada desde las 2:00 p.m., y ninguna de las partes confirmó la supuesta citatoria.
ATAQUE EN DOS EPISODIOS
Tres horas antes de que Porras organizara su “asamblea popular”, como las que suele dirigir el presidente Ortega, grupos de supuestos estudiantes universitarios afines al Presidente ya habían atacado la sede diplomática. En ese primer episodio de violencia, cerca del mediodía, se vio al embajador en una de las ventanillas de la sede, junto al Ministro Consejero, Richard Sanders, pero los estudiantes reaccionaron violentos, mientras los agentes de seguridad —que en ese entonces eran diez— no detuvieron a ninguno de ellos.
Este primer grupo, que en su mayoría eran estudiantes, llegó a bordo de autobuses de la cooperativa de transporte urbano Parrales Vallejos.
El jefe de la Dirección de Operaciones Especiales, Justo Pastor Urbina, aseguró que la Embajada permanecería resguardada por su seguridad privada y que ellos estarían pendientes ante nuevos incidentes.
GOBIERNO TOMARÁ DECISIONES, DICE CASTRO
Otro orteguista que no omitió su rechazo a Callahan fue el jefe de la bancada del FSLN, Edwin Castro. Para él las declaraciones de Callahan son prueba “suficiente” del injerencismo de éste y prometió que “el Gobierno tendrá que tomar decisiones”.
Lo que dijo el representante de Washington en Managua el miércoles fue que a su juicio los magistrados sandinistas que integraron la Sala Constitucional para emitir un fallo a favor de la reelección de Ortega y 109 alcaldes sandinistas actuaron “de una forma indebida y atípicamente precipitada, en secreto, con la participación de jueces de un solo movimiento político (el FSLN), y sin debate público ni discusión”.
Las declaraciones del embajador fueron hechas al final de un almuerzo organizado por la Cámara de Comercio Americana Nicaragüense (Amcham), en el que pronunció un discurso a propósito de su primer año a cargo de la misión en el país.
“QUIEREN IMPONER EL TERROR PARA QUE PREVALEZCA SU VOLUNTAD”
El Movimiento Vamos con Eduardo (MVE), que preside el diputado Eduardo Montealegre, condenó anoche los ataques con piedras, pintas e insultos de las “turbas orteguistas” a la sede de la Embajada de los Estados Unidos, en Managua.
En un comunicado divulgado por correo electrónico, el MVE estimó que “es evidente la burda manipulación que el gobierno de Daniel Ortega está realizando a las declaraciones del señor embajador Callahan sobre el documento de los magistrados orteguistas”.
“Es notorio que el Gobierno dictatorial quiere imponer métodos de terror para hacer prevalecer su absoluta voluntad”, agrega el comunicado.
Según el documento, Montealegre también comentó al respecto que “no es destruyendo, manchando y ultrajando territorio soberano de otro país que los nicaragüenses construiremos un futuro mejor” o menos “ofendiendo a un país que nos ha dado una mano amiga en innumerables proyectos de impacto social, que lograremos armonía en nuestra nación”.
En su comunicado, el MVE llama a la sociedad a que “prevalezca la cordura, la tolerancia y no demos paso a la intransigencia y al fanatismo, propio de las turbas del Gobierno”.
“Es lamentable que se sigan los mismos pasos de países que han fracasado en la solución de los problemas de la gente. En países como Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador es común ver estas escenas de violencia contra las sedes diplomáticas de los Estados Unidos”, añadió Montealegre en el escrito.
El comunicado sostuvo que “las fuerzas democráticas nunca han utilizado estos métodos totalitarios de protesta. Siempre se han respetado los criterios de los embajadores de otros países, a pesar, del injerencismo evidente del presidente Hugo Chávez Frías, quien ha ofendido la soberanía nacional”.
(Con la colaboración de Lucydalia Baca C.)