La Habana/EFE
Medio centenar de disidentes cubanos presos pidieron hoy al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que interceda por su libertad cuando se entreviste el próximo miércoles con el mandatario cubano, general Raúl Castro, y su hermano mayor y antecesor, Fidel.
Hacen la súplica a Lula, en una carta divulgada en La Habana, 42 opositores encarcelados y 8 que tienen “licencia extrapenal” por razones de salud, todos del grupo de 75 condenados en 2003 a penas de prisión de hasta 28 años, a quienes el gobierno acusa de ser “mercenarios” de Estados Unidos.
“Nos dirigimos a Usted para solicitarle que en las conversaciones que sostendrá con los máximos representantes del Gobierno cubano contemple nuestra situación y la de los demás prisioneros políticos pacíficos cubanos y abogue por nuestra liberación”, dice la misiva.
“Aspiramos a que Usted se interese por el prisionero de conciencia Miguel Zapata Tamayo, quien desde diciembre ha sostenido una huelga de hambre para reclamar sus derechos y hoy se encuentra en condiciones de salud peligrosas para su vida”, agrega la carta.
Según los disidentes, Lula puede ser “un magnífico interlocutor para obtener que el Gobierno cubano se decida a acometer las reformas económicas, políticas y sociales urgentemente requeridas, avanzar en el respeto de los derechos humanos, lograr la ansiada reconciliación nacional y sacar a la nación de la profunda crisis en que se encuentra”.
Lula llegará a última hora del martes próximo a La Habana, tras asistir a la cumbre del Grupo de Río en Playa del Carmen (México), y tiene previsto entrevistarse con los hermanos Castro el miércoles, para despedirse de ellos, pues termina su mandato como presidente brasileño.
En anteriores visitas, Lula, al igual que otros mandatarios que llegan a la isla, se ha negado a reunirse con la oposición interna cubana.
Los opositores piden a Lula que al menos, tras su visita, los diplomáticos brasileños, “a la vez que mantengan su relación con las autoridades cubanas, deberían escuchar las opiniones de la sociedad civil, incluidos los familiares de los prisioneros de conciencia y políticos, así como de la oposición pacífica”.