WASHINGTON/ AP
Un pequeño grupo de representantes demócratas que se opusieron a la reforma de salud la primera vez que fue considerada en la Cámara baja podría ser ahora la audiencia más importante para la nueva propuesta que presentará mañana miércoles el presidente Barack Obama.
Al menos nueve de los 39 demócratas que votaron “no” en noviembre, cuando la Cámara de Representantes aprobó la amplia reforma con 220 votos a favor y 215 en contra, ahora dicen estar indecisos o se reservan su posición hasta que Obama anuncie su iniciativa, según una encuesta de The Associated Press.
Puede parecer poco posible que un legislador quiera cambiar su voto sobre esta propuesta y atraer así acusaciones de inconstancia, tras un año de polémicas sobre un proyecto de ley cada vez menos popular en las encuestas.
Sin embargo, ésa es la única manera en que la presidenta de la Cámara baja, Nancy Pelosi, podrá juntar los votos suficientes para aprobar la versión del proyecto votada por el Senado, con cambios adosados por Obama.
Las modificaciones del presidente —entre otras, la eliminación de un impuesto a los planes de salud de más valor— buscan volver al proyecto del Senado más aceptable para los demócratas en la Cámara baja. Serían aprobadas en el Senado por medio de una regla polémica que permite un voto de mayoría simple y no de tres quintos de la Cámara, la proporción que el oficialismo acaba de perder.
Esta es la única alternativa que les queda a los demócratas ante la oposición unánime de los republicanos.
Se espera que el anuncio de mañana presente un plan renovado de los cambios que Obama quiere hacerle a la versión aprobada en el Senado, con ideas que se acercan a lo que querían los republicanos, probablemente en asuntos como mala praxis médica y el fraude y los gastos innecesarios en el sistema médico.
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