Apesar de los brutales atropellos de las turbas preparadas por el totalitarismo para intimidar o agredir a los que piensan diferente, las Damas de Blanco entregan admirables lecciones no solamente a la oprimida Cuba. Estas esposas o madres de los centenares de presos políticos que se hallan en las mazmorras castristas merecen el aplauso y el apoyo de quienes no aceptamos tiranías.
En el ámbito iberoamericano, más de 27 mil personas han suscrito un manifiesto, al que me adhiero de inmediato y que lleva el nombre del mártir Orlando Zapata Tamayo y que tiene por título “Yo acuso al Gobierno cubano”, en el que se pide la excarcelación inmediata e incondicional de esos prisioneros de conciencia, a los que los sátrapas caribeños y sus áulicos califican de “mercenarios, delincuentes comunes, gusanos, agentes del imperio”, por no compartir los dogmas de una de las autocracias más largas y sombrías de la Historia.
Entre quienes han firmado el expresivo documento, se hallan personajes notables en el campo de las letras y de la intelectualidad en general, como Mario Vargas Llosa, Juan Marsé, Pedro Almodóvar, Rosa Montero, Ana María Matute, Fernando Savater, Antonio Muñoz Molina y Ángeles Mastretta. Me hubiera gustado leer allí los nombres de Gabriel García Márquez y José Saramago.
“Cuba es la última dictadura que queda en el continente americano, tiene gran número de presos políticos, carece de libertades públicas y algunos de quienes luchan desde dentro con tanto esfuerzo por reivindicar sus derechos dejan la vida en ello”, ha dicho el filósofo Savater. ¿Cuántos mandatarios de América Latina y el Caribe condenan a ese régimen de oprobio?
Fiel seguidor de la monarquía de los Castro, “Hugo Chávez ha sumergido a Venezuela en la desgracia más grande de su Historia”, según la acertada definición de Leonardo Valencia. Debido a los malos ejemplos de esos déspotas, el mandatario venezolano comete permanentes atropellos a la libertad de expresión y de prensa. Los casos más notorios son los que conciernen a RCTV Televisión que olímpicamente fue sacada del aire, a igual que a numerosos otros medios independientes.
A Oswaldo Álvarez Paz, abogado, político, conferenciante de alta categoría, ilustrado parlamentario en varios períodos y ex presidente de la Cámara de Diputados, ex gobernador del estado Zulia y pensador demócrata de talla continental, se le ha reducido a prisión, por manifestar públicamente sus ideas. Rechazo esta nueva violación a los Derechos Humanos y me solidarizo con su heroico combate, que lleva ya algunos años, a favor de la libertad, la democracia, la vigencia del Estado de Derecho y de la propiedad privada, y en contra del narcotráfico, la violencia, la corrupción y los desmanes de los caudillos de opereta.
Como en los eclipses la luz frente a la sombra, Oswaldo sabe perfectamente que la libertad siempre vence a las tiranías por más largas que sean. Su sacrificio en las cárceles chavistas será otro gran referente en pro de la defensa de los valores sustantivos de la civilización, al mismo tiempo que envío a este patriota venezolano y gran amigo mi respaldo a su justa y ejemplar causa.
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