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La narradora más persistente de la literatura nicaragüense y desde su debut en los años 60 no ha parado con ficciones donde las mujeres son las protagonistas. LA PRENSA/U.MOLINA.

Novelista de dramas

Esta semana los aplausos se elevaron para la novelista Rosario Aguilar en el X Simposio de Literatura Nicaragüense 2010, dedicado como un homenaje a su trayectoria artística. Hace 46 años apareció su primera novela Primavera sonámbula, desde entonces no ha cesado de escribir, ha sido constante y entusiasta al mostrar mundos paralelos y dramas humanos.

Por Martha Leonor González

Esta semana los aplausos se elevaron para la novelista Rosario Aguilar en el X Simposio de Literatura Nicaragüense 2010, dedicado como un homenaje a su trayectoria artística. Hace 46 años apareció su primera novela Primavera sonámbula, desde entonces no ha cesado de escribir, ha sido constante y entusiasta al mostrar mundos paralelos y dramas humanos.

Sus novelas: Primavera sonámbula (1964), Quince barrotes de izquierda a derecha (1965), Aquel mar sin fondo ni playa (1966), Rosa Sarmiento (1968), Las doce y veintinueve (1975),  El Guerrillero (1976),  Siete relatos sobre el amor y la guerra (novela corta-1986), La niña blanca y los pájaros sin pies (1992), El mar estaba calmo (cuento-1994), Soledad: tú eres el enlace (biografía-1995), El regreso (cuento -1997) son libros claves en la historia de la enseñanza de la narrativa nicaragüense, pues son consultados en los colegios por jóvenes estudiantes.

En un recorrido por sus novelas, Rosario Aguilar habla de los dramas y lo que nos hace parecer entre sí, los conflictos de las mujeres que entran en la ficción pero que sólo es un reflejo de nuestra realidad.

PRIMAVERA SONÁMBULA (1964)

¿Primavera sonámbula su primera novela publicada en 1964, ha cumplido 46 años de escribir cómo valora estos años de trayectoria?

La novela requiere mucha disciplina mucha perseverancia sobre todo en aquella época, cuando se escribía en máquinas de escribir, sobre todo que si una hoja me salía mala tenía que volver a repetir hasta escribirla mejor. Han sido años de mucho empeño, dedicación y disciplina.

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¿En el caso de Primavera sonámbula qué le motivó a escribirla?

Me senté en la máquina llené la primera página y me vino la historia de una adolescente que sufre una enfermedad mental desde niña, es decir ya viene el drama y ahora algunos cuando la han leído me dicen que está bien lograda, pero cuando la escribí me salió de un solo. Es una de mis preferidas, tiene frescura e ingenuidad, pero es una novela que si yo quisiera escribirla nuevamente no podría, porque la joven escritora que se sentó en esa máquina de escribir ya ha cambiado.


¿El nombre de la novela es un verso de Joaquín Pasos tomado de Canto de guerra de las cosas esta presente la poesía?

Sí. Era la primavera de la muchacha, ella está enferma mentalmente y que al mismo tiempo que la quieren sacar de la clínica porque creen que está curada ella despierta y se siente que está en una total confusión, en su momento cuando se publicó fue una novela inquietante, es decir porque era la primera escritora que tocaba temas que en ese momento no se escribían, sólo teníamos las novelas románticas de finales felices.

¿Qué tal fue recibida la novela? ¿Cuáles eran los comentarios de aquel momento?

Fue todo positivo, Sergio Ramírez escribió el prólogo ya que era el director de Ventana en ese momento, Pablo Antonio Cuadra le dedicó una reseña en La Prensa Literaria y me mandó una carta, y Ernesto Gutiérrez que estaba trabajando en Jinotega me mandó desde allá una reseña, fue una novela querida. Publicar en aquel momento fue una decisión difícil, mi padre me lo dijo, publicar es una gran  responsabilidad y me habló de sus consecuencias de publicar y también de lo lindo que era ser escritora que llevaba responsabilidades y consecuencias que podía ser criticada y mucha gente dijo no sabía que la Rosario estaba en una clínica psiquiátrica y no comprendieron la ficción, decían que yo no andaba aprendiendo inglés andaba curándose.

EL PADRE, EL ESPOSO

¿Fue importante la presencia de su padre en su carrera de escritora, compartió muchos borradores con él?

Sí. Sobre todo mi primera novela que se la mostré. Él murió en octubre del año en que la publiqué, las otras ya no las pudo ver.

LA PRENSA/U.MOLINA

¿Otro apoyo importante en su carrera de escritora fue su esposo Iván?

Cuando escribí Primavera sonámbula que fue mi primera novela la escribí de un tirón, recién casada Iván me preguntó  qué era lo que deseaba ser y yo le dije que novelista y entonces él fue y me compró una máquina de escribir portátil y me la llevó de regalo y esa tarde comencé a escribir sin parar. Él era un empresario industrial que siempre me dio su apoyo y me incentivó a escribir mis novelas.

¿Dejó de escribir por unos dos años, la muerte de su esposo la afectó hasta llegar a ese punto, hoy está recuperada?

Claro que me afectó, la novela ha sido un apoyo, la escritura me ha acompañado a salir de esta situación. Y la vida en la escritura y las organizaciones a las que pertenezco me han servido para salir y compartir en el mundo de las letras con las mujeres escritoras.

QUINCE BARROTES DE IZQUIERDA A DERECHA (1965)

Quince barrotes de izquierda a derecha, es la historia de una mujer que desde niña es maltratada. ¿Por qué siempre el tema de la violencia y las mujeres como protagonista?


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Sí en esta novela la mujer es explotada, acosada, violada, es una novela más fuerte que Primavera Sonámbula,  ya está no era una novela ingenua aún que está escrita en una prosa poética, es decir que contrasta con el tema. Las mujeres pues siempre son las grandes víctimas y las grandes protagonistas.


¿En Aquel mar sin fondo ni playa, Primavera sonámbula, y La promesante están los dramas, se considera una novelista de dramas?

En los primeros dos son las enfermedades. Casi todas mis novelas tienen dramas apartando Soledad que es la biografía de mi mamá. En el caso de La promesante es contagiada de VIH  sin darse cuenta y eso cambia su vida totalmente y hasta es amenazada de muerte, así que yo diría que casi todas mis novelas tiene enormes tragedias. Así que me considero dentro del círculo de los dramas, es que es la vida sintetizada en tragedias, si te das cuenta dónde vas pasando se va tejiendo un drama y  ahí está lo que vive la gente.

¿En La promesante que la motivó a tocar el tema del VIH?

Los temas me persiguen, fui a visitar a mi hija Yolanda que estaba estudiando en la Universidad de Kansas y estaba haciendo su internado en una clínica y fui a ese lugar, me presentó a mucha gente y entre ellos a tres muchachos jóvenes recién graduados de la universidad que estaban ciegos, pero lo que yo desconocía era que habían quedado así por el VIH y eso me impactó mucho.

Entonces me doy cuenta que los jóvenes están amenazados y que es una enfermedad terrible. Me entra curiosidad y empiezo a investigar sobre la enfermedad y fue así como inicié con el tema.


¿En Aquel mar sin fondo ni playa recrea la historia de un niño con síndrome de Down  esta historia nace de alguna experiencia dramática que le tocó vivir?

No. La mamá del niño se muere, el padre del niño se casa con otra y él quiere que la esposa quiera al niño, pero ella hace los esfuerzos posibles por quererlo, pero ella no puede, ahí se teje el drama y la tragedia, siento que me quedó muy fuerte, tal vez porque estaba muy joven.

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¿Por qué el síndrome de Down  y la mujer que no puede llegar a quererlo es de alguna manera lo que somos socialmente?

Mi intención era y siempre me pasa que un personaje se mete en mi novela, era una mujer joven con cuatro hijos, todos sanos, y me propuse escribir un libro que fuera un canto a la maternidad, pero el niño enfermo me estaba esperando.

Cuando empecé a escribir me di cuenta que la felicidad no puede llegar a ese lugar porque ella por más de los esfuerzos que hace no puede querer y es donde la novela se convierte en tragedia, a veces me pasa que inicio la novela y un personaje se introduce y toma el control, eso pasó con el niño.

Un drama que nos habla y nos toca, algo que muchos viven.

Una autora que a través de sus historia devela los laberintos por los que muchas mujeres están atrapadas.
LA PRENSA/U.MOLINA.

La Prensa Literaria

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