WASHINGTON/ EFE
La idea de un boicot al turismo y los negocios en Arizona como antídoto para la ley que criminaliza a los inmigrantes indocumentados en ese estado fronterizo con México está cobrando fuerza entre sus contrarios.
La ley SB1070, que permite a la policía detener a cualquier persona sobre la que existan sospechas razonables de que no está legalmente en EE.UU., ha desatado una oleada de críticas y un renovado activismo a favor de una reforma migratoria integral.
Aparte de las demandas en contra de la ley, el legislador demócrata de Arizona Raúl Grijalva ha pedido un boicot económico contra su estado mientras persista una ley que, a su juicio, permite un trato racista de las personas.
Grijalva, y quienes lo respaldan, han dado en el clavo: un boicot al turismo, los negocios, bienes y servicios en Arizona enviaría un mensaje inequívoco sobre el creciente peso de los inmigrantes.
FISCAL EE.UU. ADVIERTE
Se calcula, por ejemplo, que cerca del 40 por ciento de las verduras producidas en México y que se consumen en Norteamérica pasan por el corredor de la ciudad de Nogales (Arizona), y un boicot de los camioneros allí crearía serias interrupciones en el comercio transfronterizo.
El fiscal general de EE.UU., Eric Holder, advirtió ayer que la ley de Arizona que convierte en delito menor la inmigración ilegal puede prestarse a abusos y planteó la posibilidad de exigir su anulación ante los tribunales.
En estos momentos se analizan diversas opciones “incluyendo la posibilidad de una demanda judicial”, manifestó Holder durante una conferencia de prensa.
Ver en la versión impresa las páginas: 11 A