CORRESPONSAL/ GRANADA
La comunidad jesuita dio ayer el último adiós al sacerdote Álvaro Argüello en Granada, su ciudad natal.
Sus restos fueron llevados a la iglesia parroquial Xalteva, donde se celebró una misa, en la que se destacaron los valores humanos del padre Argüello que lo identificaron con la problemática social del pueblo nicaragüense.
Luego fue sepultado en el cementerio de Granada, mientras se entonaban las notas del Himno Nacional de Nicaragua.
Argüello, quien falleció el lunes en Managua a los 77 años, fue recordado como un hombre de cultura y muy talentoso, así como por puntualidad y disciplina.
“Yo empecé a trabajar con el padre (Argüello) en 1987 en la biblioteca del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, que él tenía a cargo. Era un hombre que te enseñaba haciendo”, dijo Gloria Álvarez, quien lo describió como una persona muy humilde y respetuosa.
A las honras fúnebres se sumaron ex alumnos, familiares y políticos del país. El ex alcalde de Granada, Luis Jerónimo Chamorro, dijo que el padre Argüello fue su profesor en el colegio Centroamérica de Granada.
“Recuerdo cosas muy bellas cuando nos dio clase a muchos de mi generación y luego se fue a Managua, donde demostró su compromiso con la labor social de este pueblo. La Compañía de Jesús debe sentirse muy orgullosa por la labor educativa y social del padre Argüello”, dijo Chamorro.
El sacerdote Jesús Hergueta, superior de la parroquia Xalteva, dijo que una de las cosas que destacaron al padre Argüello fue su gran empeño por guardar la historia universal y la de Nicaragua, pero además tuvo la dedicación de guardar la memoria de la Compañía de Jesús.
El padre Argüello, fundador de la revista Envío , con el objetivo de recoger los procesos históricos de Nicaragua y difundirlos internacionalmente, fue ordenado en Mobile, Alabama, Estados Unidos, el 7 de junio de 1965, y estuvo por 45 años en la Compañía de Jesús.
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