Londres/EFE
La violencia contra mujeres y niñas continúo el año pasado en Nicaragua, donde fueron ineficaces las iniciativas oficiales para combatirla, y además siguió vigente la ley de prohibición de todas las formas de aborto.
En su informe anual sobre el estado de los derechos humanos en el mundo, publicado hoy, Amnistía Internacional (AI) dice que según la Comisaría de la Mujer y la Niñez, entre enero y agosto de 2009 se denunciaron en ese país 1,259 casos de violación y que dos terceras partes de ellos “afectaban a menores de 18 años”.
En mayo, el Comité de la ONU contra la Tortura expresó su “preocupación profunda” porque pese a la inquietud expresada con anterioridad por otros tres comités de Naciones Unidas, el Gobierno nicaragüense no hubiera adoptado medidas para revocar la ley contra el aborto.
Destaca y denuncia AI que funcionarios del Estado “hostigaron” a las defensoras de los derechos humanos que trabajaban en la promoción de los derechos de las mujeres y los derechos sexuales y reproductivos.
AI relata el caso de la periodista Patricia Orozco, que volvía junto con dos compañeras de impartir un cursillo de formación para activistas locales, cuando la policía les dio el alto.
Los agentes les dijeron que se habían saltado un control anterior y se produjo una discusión, tras lo cual Orozco fue llevada a la comisaria de León (a 90 kilómetros de Managua) y después de cuatro horas detenida, fue puesta en libertad sin cargos.
Al día siguiente -prosigue AI- la revista digital gubernamental “El 19” publicó un artículo sobre el incidente en el que se calificaba de “nefasto” al Movimiento Autónomo de Mujeres, al que pertenecían la periodista y una de sus compañeras, y se decía que Orozco y sus colegas de “dudoso género” volvían de una fiesta en la que “los hombres no son permitidos”.
También subraya el informe de AI “las violaciones de la libertad de expresión y asociación” en Nicaragua, que dieron lugar a lo largo de 2009 a agresiones contra periodistas, personas críticas con el gobierno y activistas de la sociedad civil.
AI pone de relieve que Nicaragua siguió uno de los muy pocos países americanos que no habían firmado el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
