CORRESPONSAL/NUEVA SEGOVIA
El cierre de la Gasolinera Ramos, hasta hace unos meses adscrita a la compañía Shell, ha generado serios contratiempos para los clientes que deberán cubrir sus demandas en una sola gasolinera que queda en la ciudad de Ocotal, obligándolos a hacer largas filas y en algunas ocasiones agotándose el combustible sin atender a decenas de clientes.
La Gasolinera Ramos, propiedad de la familia Ramos, atendía aproximadamente a unos 30 mil clientes del departamento de Nueva Segovia, nacionales y extranjeros, que utilizan la Carretera Panamericana para salir o entrar al país por la frontera norte.
Róger Briceño, gerente general de la Gasolinera Ramos, indicó que el cierre, la semana pasada, se debe a la devolución de algunos tanques a la compañía Shell, pero sobre todo para remodelar y modernizar la gasolinera.
Briceño estimó que el cierre durará de ocho a diez meses, tiempo durante el cual unos 28 trabajadores estarán en el desempleo con el compromiso de restituirlos en sus puestos una vez que reinicien labores con “una gasolinera moderna y una tienda de conveniencias que llene las expectativas en el nuevo centro de Ocotal”.
Héctor Ramos, miembro de la sociedad familiar que realizará la inversión, reiteró que el tiempo que dure la obra dependerá mucho de la agilidad con la que la Alcaldía, el INE y Marena autoricen cada una de las etapas en el proceso de demolición y construcción de la nueva gasolinera.
Hasta el momento, dijo, esperan de la Alcaldía les autorice los planos de construcción que tienen en sus manos desde hace 12 días.
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