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BP afirma que recupera gran parte del crudo en Golfo de México

Los ingenieros de British Petroleum (BP) lograron incrementar este domingo en un 60% la cantidad de petróleo que recuperan por día en el Golfo de México, señaló la compañía, tras varias operaciones fallidas para frenar la peor catástrofe ambiental del país.

GRAND ISLE, EE.UU./AFP

Los ingenieros de British Petroleum (BP) lograron incrementar este domingo en un 60% la cantidad de petróleo que recuperan por día en el Golfo de México, señaló la compañía, tras varias operaciones fallidas para frenar la peor catástrofe ambiental del país.

No obstante, un volumen significativo sigue fluyendo hacia el mar y el comandante de la Guardia Costera, almirante Thad Allen, afirmó que la marea negra se extiende en un radio de 320 km alrededor del pozo dañado y se dividió en miles de pequeñas manchas.

“El derrame se extiende en un radio de 320 km alrededor del pozo dañado, y no es un derrame aislado, señaló Allen, a cargo de las operaciones.

El “embudo” instalado para contener la fuga, está recuperando unos 10.000 barriles de petróleo por día”, declaró este domingo el presidente de BP, Tony Hayward, a la cadena de radio-televisión británica BBC, quien precisó que se trata “probablemente de la gran mayoría” del crudo que se escapa del pozo.

Informes precedentes indicaban que el volumen capturado ascendía a unos 6.000 barriles diarios.

Hayward agregó que esperaba que otro sistema de contención, previsto para ser instalado la semana próxima, ayudará a recuperar “la enorme mayoría” del crudo, pero no dio datos concretos.

A pesar de ser estimulantes, los datos quedan empequeñecidos si se los compara con las estimaciones de que desde el pozo dañado siguen fluyendo hacia el mar alrededor de 19.000 barriles diarios de crudo.

El último esfuerzo por detener la fuga incluye un llamado “embudo” emplazado en la fuga y que permite recoger el crudo y extraerlo hacia un buque contenedor que se halla en la superficie.

Se trata de una versión modificada de esfuerzos precedentes realizados por BP, responsable de la catástrofe, que hace seis semanas intenta detener el derrame de crudo resultante de la explosión de la plataforma Deepwater Horizon el 20 de abril último y su posterior hundimiento en el Golfo de México.

Los intentos anteriores fracasaron porque la muy baja temperatura del agua y la alta presión en el lugar de la fuga, a unos 1.500 m de profundidad, determinaron la formación de un sedimento que impidió la extracción del crudo.

El “embudo” fue rediseñado con válvulas que pueden cerrarse lentamente para ayudar a evitar la concentración de hidratos gaseosos -similares a cristales de hielo-, que condenaron al fracaso el primer intento.

En cualquier caso, los expertos señalan que la última solución se basa en hacer una perforación que ayudará a insertar sedimentos y cemento en la fuga del pozo para taparla.

BP está realizando dos perforaciones y estima que estarán prontas recién en agosto.

Las noticias más optimistas de los esfuerzos por detener el derrame son bienvenidas en los cuatro estados afectados por lo que ya es la peor catástrofe ambiental de la historia de Estados Unidos.

El presidente Barack Obama se comprometió el sábado en su alocución semanal por radio a usar “todos los recursos” a su alcance para ayudar a los afectados.

“Continuaremos recurriendo a cualquier recurso a nuestra disposición para proteger las líneas costeras, quitar el petróleo, obligar a BP y otras compañías a asumir la responsabilidad por los daños”, dijo.

The New York Times informa este domingo, basado en nuevos documentos del gobierno y de BP y de declaraciones de testigos, que la laxitud de los organismos públicos encargados de controlar las operaciones de la plataforma y las excepciones a las normas incrementaron los riesgos y las probabilidades del desastre.

El presidente dijo que el derrame “ha echado por tierra a comunidades enteras”, y sus residentes no están enojados únicamente por la pérdida de ingresos, sino por “la dolorosa constatación de que esta vez sus vidas quizás nunca más volverán a ser las mismas”.

Fragmentada en manchas menores, la marea amenaza ahora a los estados de Alabama, Misisipi y Florida tras contaminar más de 200 km de costa de Luisiana.

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