Antenor Rosales Bolaños, presidente del Banco Central de Nicaragua, informó ayer que el Gobierno de Nicaragua logró retomar la continuidad del programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), luego del impasse de mayo.
Sin embargo, el Gobierno enfrenta la presión de abordar juntas las dos últimas revisiones del actual programa, las cuales se convirtieron en una condicionante “esencial” para que el país obtenga del FMI la aprobación para extender un año el programa.
Explicó Rosales que según lo acordado con el Fondo, eso implica que deberán adelantar en presentar en septiembre los nuevos compromisos que el país asumirá en materia económica para el 2011, incluyendo cuánto aspira Nicaragua recibir en préstamos de parte del organismo.
“El primer planteamiento del Fondo sobre eso fue que necesariamente la cuarta y quinta revisión se debe producir sí y sólo si hay una ampliación del programa”, afirmó Rosales Bolaños.
Admitió que juntar ambas discusiones “ implicaría un doble esfuerzo”, pues el Gobierno se verá apresurado por cumplir todos los temas pendientes del actual programa. Entre éstos que la Asamblea apruebe las reformas a la Ley Orgánica del Banco Central y presentar al FMI la propuesta de reformas a la seguridad social, que posteriormente pondrá a discusión con empresarios, trabajadores y resto de la sociedad.
Pero además decidir “nuevos compromisos” a asumir con el Fondo en materia de presupuesto público, y cómo su déficit crecerá con el gasto de los recursos a utilizar en las elecciones presidenciales.
“Estamos haciendo el esfuerzo para ajustarnos a lo que creemos será el comportamiento del año 2011, que será atípico”, afirmó.
Explicó que el Banco Central y Hacienda trabajan “una propuesta congruente” que garantice el cumplimiento de los compromisos originales; estabilidad macroeconómica, libre convertibilidad de la divisa, política cambiaria y monetaria “de forma rigurosa y responsable”.
“Tenemos que enfrentarnos de esa manera con el Fondo Monetario con una calendarización clara”, reconoció Rosales al decir que “se trata de una nueva etapa de las negociaciones”.
Pero también en la mesa de negociación al Gobierno le interesa definir con el FMI, cuánto recursos recibirá con la extensión de un año del programa.
“Queremos discutir ese tema (la extensión). Estamos anuentes, pero (también) ¿qué significa eso? ¿Cuántos recursos implicaría además de los 108 que acordamos para el 2007 al 2010, cuánto significaría para el 2011?”, dijo.
A su vez el Fondo pide las “garantías” para entregar esa “ayuda” presupuestaria.
El programa macroeconómico de tres años sufrió un impasse en mayo pasado al suspender el Directorio del FMI la cuarta revisión y con ello el desembolso de 18 millones de dólares programados, debido a la entrega del bono salarial de 529 córdobas extrapresupuestario a 136 mil empleados públicos.
De la quinta revisión y última depende recibir otros 18 millones de dólares del FMI; y unos 40 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en respaldo presupuestario.
Aunque Rosales dijo que “se ha dejado clara la situación del manejo del bono”, sigue como tema de discusión con el FMI.
AGENDA APRETADA DE POCOS MESES
Pero el nuevo calendario establece dos momentos. Se separó la revisión del Artículo Cuarto del programa macroeconómico, la cual está prevista que el Directorio del FMI discuta entre el 12 y 14 de julio.
Aquí el FMI analizará la situación financiera del país a mediano y largo plazo en lo que tiene que ver con “sostenibilidad de las finanzas públicas, de la deuda externa, deuda pública y de la competitividad del país” que el organismo hace cada año y que está pendiente del 2010.
Un segundo momento tendrá que ver con la negociación de las dos revisiones finales del programa, y será en la segunda quincena de julio para lo cual una delegación por Nicaragua viajará a Washington.
La meta es que en septiembre el Directorio del FMI aborde la aprobación de dichas evaluaciones y se hagan los últimos desembolsos.
El Gobierno presentará los nuevos indicadores del comportamiento de las exportaciones y demás rubros del crecimiento proyectado que tendrá la economía nicaragüense.
“Por ejemplo, estaremos expresándole al Fondo que para el 2010 tendremos un crecimiento esperado en 2.6 por ciento, a diferencia del 1 por ciento que habíamos trabajado”, dijo Rosales.
Igualmente la inflación se mantiene proyectada en cerrar en 7 por ciento anual, y mantener el déficit presupuestario en 5 mil 500 millones de dólares.
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