CORRESPONSAL/ COSTA RICA
La mayoría de costarricenses se oponen al proyecto minero Crucitas, el cual se ubica en zona fronteriza con Nicaragua, según una encuesta del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) de la Universidad Nacional.
El estudio del Idespo señala que el 86 por ciento de los ciudadanos de este país se opone al proyecto minero, cuyo destino depende de los tribunales costarricenses porque hay denuncias de parte de ambientalistas hacia la empresa desarrolladora, Industrias Infinito S.A.
La encuesta fue realizada entre el 17 y el 30 de mayo, a mil doscientos costarricenses.
Según el sondeo, el 77 por ciento dijo oponerse a cualquier actividad minera a cielo abierto, mientras que el seis por ciento dijo estar a favor.
Los pocos que apoyan la minería lo hacen creyendo en que genera más empleo y desarrollo, según Martín Solís, investigador del Idespo.
Los que se oponen a Crucitas consideran que su desarrollo afecta el medio ambiente y que los beneficios económicos son inferiores al daño ambiental.
El proceso judicial contra el proyecto minero Crucitas, el cual se ventila en el Tribunal Contencioso Administrativo del Segundo Circuito Judicial de San José, se prolongó luego que el mes pasado los jueces postergaran una audiencia para el próximo 11 de agosto.
El tribunal, así como las partes en conflicto, aprovecharán el tiempo para analizar pruebas presentadas a última hora, para analizarlas en agosto en la audiencia que definirá si el proceso se eleva o no a juicio.
La demanda contra Industrias Infinito S.A., desarrolladora del proyecto, fue presentada en 2008 por Asociación Preservacionista de Flora y Fauna Silvestre (Apreflofas), por supuestos vicios en el otorgamiento de la viabilidad ambiental de Crucitas que a la postre pueden dañar el medio ambiente.
ANUNCIAN MARCHA PARA EL LUNES PRÓXIMO
El próximo 12 de julio ecologistas realizarán una marcha desde San José, la capital de Costa Rica, hasta el proyecto minero ubicado en Cutris de San Carlos, a unos tres kilómetros del río San Juan.
El recorrido, de 172 kilómetros, es para demandar el cese definitivo de Crucitas, y su lema, “Marchando por la Vida”, pretende contrarrestar la propaganda millonaria que Industrias Infinito S.A. hace en defensa de su proyecto, según ambientalistas.
En Nicaragua las organizaciones ambientalistas han aplaudido la decisión de los tribunales ticos de mantener en suspenso el proyecto.
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