Johannesburgo/AFP
Holanda, un pequeño país de apenas 16.5 millones de habitantes, forma parte de la élite mundial gracias a una tradición de juego inteligente (futbol total) heredada de los años setenta y un sentido de la innovación y de la audacia que caracteriza a los holandeses.
La Oranje, que alcanzó en cuatro oportunidades las semifinales de Copa del Mundo en nueve participaciones, disputará el domingo en Johannesburgo su tercera final, después de las derrotas en Alemania-1974 y Argentina-1978 frente a los anfitriones.
Un éxito total para una nación modesta si se compara con el potencial que existe en Alemania, Inglaterra, Brasil o España, por ejemplo.
“En materia de futbol, fuimos precursores y audaces en muchos sectores”, explica Ronald Kres, periodista del diario De Telegraaf.
Holanda figura entre los miembros fundadores de la Federación Internacional de Futbol (FIFA) en 1904. En los años 1880 ya existían competiciones en el país de los tulipanes y los molinos.
En ese período el futbol seducía a muchas personas. La Federación holandesa cuenta hoy con 1.1 millón de federados en cerca de 5,000 clubes. La base de la pirámide sale de allí.
“En los años treinta los jugadores holandeses fueron los primeros en ir a jugar al extranjero como profesionales. Somos grandes viajeros. Eso ha contribuido a enriquecer nuestra cultura futbolística”, explica Ruud Krol, internacional en los años setenta, que ha entrenado estos últimos años a los Orlando Pirates de Johannesburgo.
Si los ingleses luchan por colgarse el cartelito de inventores del futbol, los holandeses pelean por ser los precursores del juego inteligente.
A fines de los años sesenta, Rinus Michels, entrenador del Ajax Ámsterdam, pone en práctica el “futbol total”, que será la marca de fábrica del club más prestigioso del país antes de lograr éxitos con la selección neerlandesa y luego el Barcelona.
Michels, designado “entrenador del siglo XX” por la FIFA, utilizará con sus diferentes equipos esta táctica en que “todo el mundo ataca y todo el mundo defiende”, cada jugador debía ser capaz de ocupar varios puestos durante un mismo partido.
El “futbol total” dejó lugar al realismo, pero aún quedan huellas, como el “pressing” practicado por muchos equipos.
“En Holanda, siempre pedimos a los jugadores que reflexionen antes de correr. Eso forma parte de nuestros métodos”, explica la leyenda naranja Johan Cruyff, líder de la Oranje de los años setenta, antes de convertirse en exitoso técnico del Barcelona al final del siglo pasado.
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