María Victoria Ayerdis, de 11 años, siente miedo cada vez que va rumbo a su colegio llamado Hispanidad, ubicado en el barrio Camilo Ortega, al sur de Managua.
El temor de Ayerdis se incrementa cuando está a menos de 100 metros de su colegio, ahí “siempre hay chavalos que le roban sus cosas a los niños, a los profesores y a nuestros padres cuando nos vienen a traer”.
Esta casa de estudios, que para los años 80 era una casa hacienda y donde hoy Ayerdis cursa su sexto grado de primaria, permanece sitiada por la delincuencia según la docente de quinto grado, Norma Santana.
En este lugar hay 10 aulas, 20 maestros, más de 900 estudiantes y un espacio al que llaman biblioteca pero que únicamente dispone de un libro desactualizado por cada materia vista, desde primero hasta sexto grado de primaria.
Entre la semana del 7 al 13 de junio, la Policía del Distrito Tres recibió nueve denuncias de robos con intimidación en el barrio Camilo Ortega, uno de los cinco barrios más conflictivos del Distrito Tres en Managua.
De las nueve denuncias interpuestas por pobladores del barrio Camilo Ortega, dos fueron de robos con intimidación y robos con fuerza.
“Diario los muchachos se arriesgan al entrar y al salir de clases, ésa es una gran dificultad que tenemos como colegio, si usted ve alrededor lo que hay son delincuentes”, manifestó Lilliam Palacios, docente de sexto grado.
PULGAS Y LAS PAREDES PRONTO COLAPSARÁN
Orlando José Berríos, de 10 años y estudiante de quinto grado de primaria, se quejó por la inseguridad que le provocan las viejas paredes que dividen las aulas y el patio del colegio.
“Parece que se van a caer porque ya están muy viejas”, afirmó Berríos.
La profesora Santana reiteró que cada vez que llueve en el sector “nos causa temor el hecho de que las paredes se pueden venir al suelo, todo esto está inseguro y los niños se mojan porque el techo también está con muchos hoyos”.
Recientemente, los estudiantes del sexto grado fueron removidos de su pabellón por una plaga de pulgas que se desató y que hasta la fecha no ha sido combatida.
“Como no hay muro perimetral, los perros entran y andan por todo el colegio y es en el pabellón del sexto grado donde se inundó de pulgas”, dijo Palacios.
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