“Manuela”, nombre ficticio con el que se identifica la “impulsadora” de fármacos, no se detiene bajo el sol inclemente en el Mercado Oriental. Con pasos rápidos y precavidos, busca vender las medicinas que ella misma no se atreve a comprar, porque no están reguladas por las autoridades ni cuentan con una certificación oficial. Se trata de los medicamentos falsos, un mal que aqueja a todo el planeta y que en Nicaragua crece sin control e intervienen laboratorios clandestinos. Alrededor de 26 tramos, todos adornados con largas filas de canastos, esperan la llegada de “Manuela”, quien busca encuentros “fortuitos” con sus eventuales clientes en el mercado más grande de Centroamérica, para venderles productos farmacéuticos a bajo costo, pero de dudosa procedencia y calidad.
El “paraíso” de medicinas falsas que circulan en el Mercado Oriental se ha convertido en uno de los problemas más delicados de salud pública en Nicaragua, debido a los efectos que esto podría tener sobre los consumidores.
Según las autoridades, en Nicaragua hace 10 años se ejecutó el último operativo en el Mercado Oriental para decomisar la medicina falsa. Participaron el Ministerio de Salud (Minsa), la Policía Nacional, el Sistema Local de Atención Integral en Salud (Silais) de Managua, el Ministerio de Gobernación y la Dirección General de Aduanas (DGA).
“Los productos que estaban en los canastos y tramos se llevaron en sacos al Silais, decomisados. La mayoría eran productos vencidos, fueron destruidos siguiendo el debido procedimiento”, afirmó Norwin Molina, supervisor e inspector de Establecimientos Farmacéuticos de la Dirección General de Regulación para la Salud del Minsa.
A Molina se le contactó como parte de una investigación académica en la que participó la autora, como parte de un diplomado sobre periodismo de investigación. Cuando se trató de abordar el tema para LA PRENSA, diversas instituciones públicas evitaron ofrecer datos.
De hecho, la venta de fármacos falsos es un mal que se ha extendido por todo el mundo. Según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 10 medicamentos que se comercializan es falso, ineficaz e incluso podría causar la muerte.
EL PELIGRO EN EL MERCADO ORIENTAL
El Mercado Oriental se ha convertido en una fortaleza impenetrable para las autoridades reguladoras de medicamentos. Según Molina, en la actualidad sólo llegan cuando hay una denuncia.
“Vamos directamente a los tramos, revisamos, requisamos y salimos rápido, por el peligro inminente que hay allí ( ) es un problema muy grande, pues se encuentran sicotrópicos y estupefacientes en los famosos canastos y cuando uno quiere hacer el decomiso, hay grupos que nos rodean y amenazan”, dijo Molina.
- Los mercaderes de medicinas falsas suelen reproducir con exactitud las marcas y cajetillas de los fármacos . En el galerón de las medicinas del Mercado Oriental se pueden encontrar medicamentos que cautivan con sus bajos precios.
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- Información estadística de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que para 2010 el mercado ilegal de fármacos falsificados generará unos beneficios de 75,000 millones de dólares, un incremento de un 92 por ciento respecto al año 2005.
“Estoy consciente que hay gente que compra ahí, pero yo no, tengo desconfianza, creo que esos medicamentos pudieran ser de contrabando, no se sabe”, dijo Denis Torrez quien trabaja como mecánico.
“Compro en el mercado porque es barato, yo padezco de azúcar y las pastillas que utilizo las encuentro a tres córdobas en los canastos”, aseguró Orlando Valásquez docente de primaria.
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El diputado por la Bancada Democrática Nicaragüense (BDN), Elmer Urbina, miembro de la Comisión de Salud y Seguridad Social de la Asamblea Nacional, confirmó que en el Mercado Oriental y en otras partes del país se comercializan “medicamentos adulterados y vencidos”, de acuerdo con denuncias que han recibido.
“MAFIA” DE LOS MEDICAMENTOS
La proximidad de las fronteras entre Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Honduras, facilita la circulación de fármacos adulterados o robados, según Molina.
“Existe un tráfico ilícito de medicamentos, que son manejados prácticamente por narcotraficantes y es un problema muy serio, no sólo para el Minsa sino también para todas las instituciones del Gobierno”, explicó Molina.
Hace varias semanas, la Policía Nacional en colaboración con el Minsa, encontró un laboratorio clandestino, donde se elaboraba el falso “Neurobión”, “Diclofenac” en gel y alcohol. Ésos son productos de mucha demanda en Nicaragua. No se pudo conocer el sitio exacto dónde estaba el laboratorio clandestino.
Otros productos falsificados que esta institución de la salud ha encontrado son: “Vitalgia”, “Zentel”, “Ceftriaxona” y “Sevorane” (anestésico inhalatorio).
GATO POR LIEBRE
Los fármacos elaborados con especies vegetales (plantas) también son falsificados. “Manuela”, impulsadora de fármacos en el Oriental, dijo que la famosa pastilla reductora de peso “tumba grasa” y el reconocido oxigenante cerebral Ginkgo Biloba, se consiguen de manera menudeada y en frascos de 100 tabletas “a precios regalados”, los cuales oscilan entre 40 y 60 córdobas, cuando normalmente tienen un costo superior a los 200 córdobas en las farmacias reguladas por el Minsa.
El bajo costo en el Mercado Oriental se debe a que son las mismas “marchantas” quienes fabrican los medicamentos dentro de sus establecimientos, los cuales no tienen registro sanitario, número de lote o fecha de elaboración y vencimiento, explica “Manuela”.
La producción artesanal de medicinas, que tiene muchos clientes, también es un riesgo para la salud pública.
“En los laboratorios artesanales no se dan las condiciones en el molino. Se dejan rastros de otras sustancias que posiblemente se elaboraron allí, entonces hay una contaminación cruzada. No viene con calidad, no utilizan guantes, pesos promedios, sólo se van llenando (…) una afectación al sistema inmunológico es también al bolsillo”, explicó un especialista en medicina natural, quien prefirió mantenerse en el anonimato.
Además señaló que la mezcla de diferentes sustancias en los laboratorios artesanales o ilegales podría causar graves daños a la salud de sus consumidores.
Muchas fuentes consultadas para este trabajo prefirieron mantener sus identidades en secreto, por temor a represalias de las autoridades.
¿MINSA MANOS ARRIBA?
La Ley 292 o Ley de Medicamentos y Farmacias es la que garantiza la disponibilidad y accesibilidad de medicamentos eficaces, seguros y de calidad en el país, y de acuerdo con el artículo tres, el Ministerio de Salud es el órgano competente del Estado para ejecutar, implementar y hacer cumplir esta norma legal. Sin embargo, la capacidad limitada, tanto en recursos económicos como humanos que enfrenta el Minsa, no permite un control total del uso adecuado de los fármacos.
Se conoció que el Minsa apenas cuenta con dos funcionarios a nivel central para la regulación de los laboratorios, más los delegados departamentales del Silais.
Según cita el artículo 35 de la Ley 292, se consideran como medicamentos falsificados aquéllos que se vendan en un envase o envoltura no original, o bajo un nombre que no le corresponda, cuando en su rotulación o etiqueta no se incluyan el contenido y peso obligatorio reglamentario y cuando la información que lo acompaña contenga menciones falsas.
A pesar de que existen todos estos estatutos, la realidad en el galerón de los fármacos en el Mercado Oriental es distinta.
Según “Manuela”, es muy fácil encontrar todos los insumos necesarios para elaborar su propia píldora. “Aquí encontrás desde la envoltura para el polvo del medicamento, las etiquetas, frascos y todo lo necesario, es una gran cadena de distribuidores”, explicó.
Por su parte, Norwin Molina, funcionario del Minsa, alertó que la venta de fármacos falsos es una problemática en la que deben involucrarse todos los sectores y no sólo las instituciones gubernamentales, pues es un tema que afecta a la población en general.
Mientras las autoridades públicas se “bolean” las responsabilidades, al llegar la noche, “Manuela” se dirige a su casa, con la ilusión de que al siguiente día llegarán nuevos clientes o “víctimas”.
Maribel Baldizón , vendedora de periódicos. Denis Tórrez , quien trabaja como mecánico. Orlando Velásquez , docente de primaria.
20 córdobas es el valor de un frasco de 50 tabletas de Neurobión en el Mercado Oriental. 25 sobrecitos de Vitalgia se pueden encontrar a 48 córdobas. 20 córdobas cuesta la tableta del reconocido desparasitante Zentel.
Ver en la versión impresa las páginas: 7 A ,1 A