El lago Cocibolca, el más grande de Nicaragua, alcanzó recientemente niveles históricos, al llegar a un promedio de 33.84 metros sobre el nivel del mar, gracias a los efectos del fenómeno de La Niña, que está provocando fuertes lluvias en el país.
Así lo informó ayer jueves José Antonio Milán, experto en temas sobre el cambio climático.
El nivel medio del Cocibolca, o Gran Lago de Nicaragua, es de 31.1 metros sobre el nivel del mar.
Poco más de dos metros de altura parece poco, pero la cantidad es inimaginable si se toma en cuenta que se trata de un cuerpo de agua de ocho mil kilómetros cuadrados.
En un reporte emitido por Milán, indica que esto ya había ocurrido en 1861, mientras que el nivel mínimo registrado en el lago ocurrió en 1886, cuando estuvo en 29.57 metros sobre el nivel del mar.
El experto indicó que el fenómeno actual es una muestra de la variabilidad climática, en este caso, asociada al fenómeno de La Niña, que trae excesos de lluvia en la mayor parte del territorio nacional.
Milán explicó que el actual aumento del nivel del lago Cocibolca se debe a que La Niña se consolidó a un ritmo muy rápido, puesto que en mayo apenas se estaba gestando y para agosto se anunció una fuerte presencia de este fenómeno.
Lo que no está comprobado, dijo el experto, es que el aumento del nivel del lago ocurrido en el siglo XIX haya sido producto del fenómeno de La Niña, ya que en aquella época no existían las técnicas meteorológicas con que cuentan los científicos hoy en día.
A pesar de esto, Milán aseguró que la variabilidad climática no es un suceso nuevo. Esto consiste en los cambios de las condiciones del tiempo en el corto plazo, ya sea días o pocos años. Por el contrario, el cambio climático es el calentamiento o enfriamiento del clima global en un plazo extendido de al menos tres décadas.
Cabe mencionar que el aumento del nivel del Cocibolca no toma en cuenta los huracanes, ya que éstos son fenómenos extremos que no siempre se presentan en el país.
La crecida del Cocibolca se debe únicamente a las lluvias sin precedentes que se presentan desde mayo en Nicaragua.
Además, el período de la canícula, entre julio y agosto, en donde las lluvias se reducen, parece no haber existido este año, ya que las precipitaciones se están presentando con una frecuencia poco convencional.
La presente temporada húmeda ha sido señalada como “muy activa” por los expertos del clima.
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