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Daisy Zamora. LA PRENSA/ U. MOLINA

Daisy Zamora a viva voz

Daisy Zamora se revela como una voz importante en el mundo de las letras nicaragüenses, también se expresa como una cronista de su propio tiempo donde retrata la vida cotidiana de éstas, como en el poema Nerudiana otoñal; Del brazo de su marido/que comparte/no sabe con cuántas más,/ pero, en fin, su marido./Ella lo quiso, a veces/ él también la quería.

Por Marta Leonor González

Daisy Zamora se revela como una voz importante en el mundo de las letras nicaragüenses, también se expresa como una cronista de su propio tiempo donde retrata la vida cotidiana de éstas, como en el poema Nerudiana otoñal; Del brazo de su marido/que comparte/no sabe con cuántas más,/ pero, en fin, su marido./Ella lo quiso, a veces/ él también la quería.

 Además de poeta, es psicóloga, con estudios en arte y pintura, maestra de generaciones, en los años de 1990 a 1995, fue catedrática en la Escuela de Artes y Letras, y en la Escuela de Periodismo de la Universidad Centroamericana (UCA) en Managua, al igual que en el Centro Intereclesial de Estudios Ecuménicos, Teológicos y Sociales.

 En septiembre de 1997 se trasladó a los Estados Unidos de Norteamérica, y actualmente reside parte del año en Managua, y también en San Francisco, California, donde enseña Historia de la Cultura de Centroamérica y Talleres de Poesía en la Universidad de California, Santa Cruz, e imparte Talleres de Poesía en cursos de verano en la Universidad de Massachusetts, en Boston, y en la Universidad de Naropa, en Boulder, Colorado.

Su trayectoria es amplia y reconocida, desde que publicó su primer poemario en La Prensa Literaria del 3 de septiembre de 1967 y luego en 1977 reveló su genio poético cuando ganó el Concurso Mariano Fiallos Gil con su libro Dieciocho poemas de amor y de la muerte.

Además de su destacada presencia en las letras, Zamora se integró en la insurrección popular de septiembre en 1978, y fue responsable de programación en la clandestina Radio Sandino durante los meses previos al 19 de julio de 1979.

Luego de la llegada de la revolución durante varios años se desempeñó como Viceministra de Cultura junto al poeta Ernesto Cardenal y un pequeño equipo de personas, que tuvieron la tarea de crear el Ministerio de Cultura, que concibieron en los primeros días del triunfo revolucionario. En 1980, a propuesta suya, se crearon empresas culturales adscritas a dicho Ministerio de promoción de artistas.

En mayo de 1981 publicó su primer poemario: La violenta espuma, en la Colección Popular de Literatura Nicaragüense del Ministerio de Cultura, con tres ediciones adicionales: mayo y septiembre de 1981 y febrero de 1982.

En 1982 publicó Hacia una Política Cultural de la Revolución Popular Sandinista, compilación de ensayos escritos por varios autores, publicado por el Ministerio de Cultura ese mismo año.

En los años de 1980 y 1982 recorrió distintos países en delegaciones oficiales del Gobierno de Nicaragua, y también se desempeñó como: representante de Nicaragua ante el Programa Intergubernamental para el Desarrollo de las Comunicaciones (PIDC) de Unesco, con sede en París, Francia; representante de Nicaragua en el sector Cultura para la firma de convenios de cooperación cultural, y delegada oficial por Nicaragua ante la reunión sobre Políticas Culturales y Educativas de los países no alineados, auspiciada por Unesco en La Habana, Cuba en 1982.

En 1992 realiza una importante investigación y publica La mujer nicaragüense en la poesía , la primera antología que recoge los aportes de las poetas a la literatura nicaragüense.

En 2002, Curbstone Press publicó una edición bilingüe de sus poemas: The Violent Foam: New and Selected Poems, traducido por su esposo George Evans, escritor y poeta norteamericano. En mayo de este mismo año fue seleccionada por el California Arts Council y premiada con una beca literaria en la rama de poesía.

En Managua, la Editorial Anamá publicó en febrero de 2005 Fiel al corazón, poemas de amor.

El poeta José Coronel Urtecho ante la aparición de su libro En limpio se escribe la vida dijo de su poesía: “hay algo sólo de ella en cada uno de sus versos. No hay una sola línea de sus poemas donde no se perciba el tono inconfundible de su voz, su delicado acento y la casi secreta palpitación de su exquisita sensibilidad”.

¿Cómo se mira en el camino de la poesía?

Desde que me acuerdo que tengo conciencia me he visto como poeta desde que era chavala, siempre lo creí. Ha sido como mi manera de ser en la vida, no lo veo como un camino sino como que ésa es mi vida.

No me puedo separar de mi propio concepto de ser y estar en el mundo, la poesía es para mí la manera de estar en la vida y de relacionarme con el mundo.

No sé en qué parte ubicarme de ese camino y sí estaré en ese camino interminable el día que muera. Ahora me preguntó ¿dónde está Daisy Zamora en la poesía? Avanzando y tratando de encontrar nuevas maneras de decir en el mundo, lo que veo, lo que siento y lo que es mi razón de ser y existir.

¿Cómo se producen sus encuentros con la poesía, esos primeros que le hicieron decirse: “Voy a ser poeta”?

No me acuerdo cuando lo decidí, lo que sí me acuerdo es que escribía en versos, y entonces como teníamos una familia grande de hermanas y primas todas empezaron a ver como natural que era poeta y me aceptaban como tal las chavalas.

Ya en la primaria me pedían versos para los amigos o para los noviecitos. Y hasta me convertía en escribana, ya que las chavalas me pedían que les escribiera las cartitas para los enamorados y les decía cómo lo tenían que decir. No recuerdo cuando lo decidí porque siempre he tenido una relación natural con la escritura. En la primaria recuerdo (risas, risas) tenía un mote me decían “enciclopedia Zamora” y era a la que buscaban para consultar ciertas cosas de la escritura.

¿Sus poemas hablan de la mujer contemporánea y su papel en la vida?

Creo que hay tres momentos en mi poesía que cambian en la medida que uno cambia como las persona y va adquiriendo más experiencia en la vida.

Digamos que mi primera poesía era muy lírica y reflexiva, a veces, y no quiero ponerme en ese nivel, pero era un poco mística y también había una contemplación de la naturaleza, una reflexión que estaba en los espacios de silencio del poema. Después en el segundo libro En limpio se escribe la vida que apareció 1988, encontrarás una poesía muy limpia con una desnudez muy grande de lo que se vive, pero esa poesía no tenía artificios ni recursos, era muy pura.

Mi poemario La violenta espuma que apareció en 1982, no lo trabajé como libro sino que recoge una selección que había escrito desde la adolescencia. Por casualidad cuando yo trabajaba en Radio Sandino llegó el padre Ernesto Cardenal y me preguntó quién era yo, le dije que era poeta, a él le habían dicho que yo era combatiente y poeta y él dijo sos como Leonel Rugama, sos combatiente y poeta. Y me dijo que le pasara mis poemas y a los días llegó y me dijo que si ganábamos la revolución, yo iba a trabajar con él y sería su viceministro y él fue el que me puso ahí.

Estando en el Ministerio de Cultura el poeta Cardenal y Julio Valle-Castillo me pidieron mis poemas y yo se los di y me dijeron que me iban a hacer una escogencia, luego se aparecieron con el libro estructurado y me dijeron queremos que lo publiques, fue como un regalo de ellos que yo lo publicara y sentí cierto escrúpulo, ya que era la viceministra de Cultura y todo lo que se podía decir por el cargo que tenía.

Después En limpio se escribe la vida fueron poemas diferentes, tenía más lecturas, técnicas que había estudiado y cambié completamente mi voz, era una poesía completamente pegada a la tierra, la otra poesía era casi mística, el segundo libro estaba lleno de las cosas cotidianas sucias, es la vida la que está ahí, es el que más tiene estos poemas que me han marcado.

Y se dice que escribo de la mujer no sólo desde un ángulo sino desde la mujer total y lo que significa.

¿En el limpio se escribe la vida ha tenido buenas críticas?

Sí, hay un filósofo norteamericano que lo consideró como el primer manifiesto feminista en la poesía nicaragüense, que realmente decodifica o desentraña lo que significa el patriarcado y mina las bases de esa sociedad patriarcal nicaragüense.

A los ocho años  empezó a escribir poemas en 1962 cuando cursaba el sexto  grado de primaria en el Colegio Teresiano de Managua.   LA PRENSA/ U. MOLINA

Es y es un libro escrito durante la revolución y lo lees y hay muchas cosas que se pueden entender y reflejan cosas que se hicieron como el poema Letanías para la chanita, en donde al final el poema dice que le habló a la revolución y al futuro y que ella se sonríe con los últimos dientes que le quedan.

Están los poemas de las meseras, los poemas de las amas de casa y de la mujer trabajadora. No hay un panorama idílico sino el ojo que observa la vida cotidiana, por ahí hay una cronista haciendo un recuento de las mujeres en la revolución.

Mi tercer libro A cada quien la vida, publicado en 1993, Fiel al corazón, una especie de antología de poemas de amor y Tierra de nadie tierra de todos que son poemas escogidos por Casa de Poesía en Costa Rica, publicado en 2009, ahí hay poemas nuevos y poemas que ya han sido editados en otros libros.

De mi primera etapa en la poesía te puedo decir que leí mucha poesía oriental, a los japoneses y chinos, me interesé también leyendo a Ezra Pound, al que descubrí en la Biblioteca del Colegio, pues el Teresiano era bilingüe y había muchos poetas de habla inglesa, ahí descubrí a Emily Dickinson, que fue mi primer paradigma cuando yo era chavala, quería ser como ella, esconderme en un cuarto, alejarme del mundo y ponerme sólo a escribir para el resto de mi vida, ése fue mi primer ideal de poeta, otra fue Sor Juana Inés de la Cruz, las que me marcaron en mi juventud, son enclaustradas y tal vez eso me definió de alguna manera.

¿Qué autores de la poesía nicaragüense destacaron en tu formación de escritora?

En la poesía nicaragüense he leído casi a todos los poetas y leído a toda la Vanguardia, Joaquín Pasos, Pablo Antonio Cuadra, José Coronel Urtecho, y gente que no era muy leída como Santos Cermeño.

Con la poesía de las mujeres me interesé e hice aquella antología la Mujer nicaragüense en la poesía.

Amo a Joaquín Pasos, su poesía me deslumbra al igual que Alfonso Cortés, Ernesto Mejía Sánchez, lo leo y lo releeo, Carlos Martínez es uno de mis poetas de cabecera, Cardenal y Coronel que tiene una poesía muy lúdica, y que están en mi poesía.

Toda esta poesía ha sido determinante en mi formación.

¿Sigue con la lectura de los poetas de habla inglesa?

Leía a Ezra Pound, Walt Whitman, Emily Dikenson, Carl Sandburg, he aprendido mucho de poetas norteamericanos de épocas posteriores, como los poetas de La montaña negra, de un movimiento, de los objetivistas que fueron poetas de mediados de siglos, los poetas como Carl Rakozy, George Oppen, Bobbie Louise Hopkins, Lorrine Niedecker, Cid Corman.

¿Cuál es su filosofía en el poema o en lo que escribe?

A veces me sustraigo de mis circunstancias personales y observo el mundo y cuando estoy en ese estado de mi ser poeta, me planteo por qué los seres humanos no podemos convivir entre nosotros sin distingo de raza, sexo, ni condición social, cuando vamos a lograr ese estado de desarrollo que nos haga merecer el nombre de humanos, tengo una preocupación profunda por la humanidad tal vez ésa sea mi filosofía.

¿Cree que la poesía es importante para conocer el mundo?

Para dejar una huella de lo que somos y seremos, pero también para reflexionar sobre nosotros.

¿La poesía podría cambiar las visiones del mundo en el que vivimos?

Claro que sí, con seguridad, cuando lo logremos seremos más felices.

¿Cuándo usted logra muy bien un poema sobre esas visiones?

Me siento contenta, es una sensación que me dura, porque lo dije bien y creo que lo logré, hay una gran paz y una felicidad enorme.

La Prensa Literaria

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