SOMOTO/ OCOTAL
La retención, el pasado martes, en el departamento de Madriz, de un presunto integrante de la Mara Salvatrucha de El Salvador, obligó a las autoridades policiales del borde fronterizo con Honduras a incrementar la presencia de agentes.
En una área de 200 kilómetros, limítrofes con Honduras, las fuerzas militares y policiales de Nicaragua han aumentado su presencia.
El comisionado José Antonio Dolmus López, Jefe de la Policía de Madriz, dijo ayer que se está estableciendo un mayor control en las zonas de pase fronterizo de El Espino, que incluye los puntos ciegos de entrada a Nicaragua, donde no se tenía mucha vigilancia, a fin de evitar que sujetos vinculados a las pandillas de El Salvador entren.
Recordó que la detención, esta semana, del salvadoreño Noé Rivera Gálvez, en el puesto fronterizo El Espino, no es la primera que ocurre en Madriz. “Éste es el segundo caso en este mes”, indicó.
Anteriormente un nicaragüense, extraditado de Estados Unidos, fue retenido durante cuatro días en las celdas preventivas de esa institución policial en Somoto, pero posteriormente fue enviado a su ciudad de origen.
Mientras que Rivera Gálvez fue entregado la tarde del miércoles a las autoridades policiales hondureñas, para que ellos se encargaran de custodiarlo hasta El Salvador, donde lo entregarían a agentes de la Interpol de ese país.
El jefe policial de Madriz informó que a lo interno se están realizando trabajos de inteligencia para detectar la presencia de sujetos vinculados a la Mara Salvatrucha, quienes pudieran estar coordinándose con sujetos pertenecientes a pandillas en algunos lugares de Somoto.
“Tenemos nuestra preocupación porque sabemos que con la entrada en vigencia de la Ley antimaras, en El Salvador, estos individuos van a buscar cómo emigrar a nuestro país, para refugiarse y que la justicia salvadoreña no los alcance”, enfatizó Dolmus López.
Indicó que algunos pandilleros del municipio somoteño han estado viviendo en países como El Salvador y Honduras, donde supuestamente viajan a trabajar en el campo, pero a veces se vinculan a estos grupos.
EN NUEVA SEGOVIA
En al menos 68 puntos ciegos, cerca de 200 kilómetros de territorio fronterizo que le corresponden a Nueva Segovia, la Policía Nacional en coordinación con el Ejército ejecutan el Plan antimaras, que ambas instituciones activaron a partir de la entrada en vigencia de la Ley, el domingo recién pasado, que penaliza la participación en pandillas y grupos de exterminio en El Salvador.
“Son ilegales y quedan proscritas las llamadas pandillas o maras, tales como la autodenominada Mara Salvatrucha, M-13, la pandilla 18, la mara La Máquina, la mara Mao Mao y las agrupaciones, asociaciones u organizaciones criminales tales como la autodenominada Sombra Negra; por lo que se prohíbe la existencia, legalización, financiamiento y apoyo de las mismas”, reza la Ley puesta en vigencia en aquel país.
En los puestos fronterizos Las Manos y El Porvenir, en Teotecacinte, la Policía revisa minuciosamente a aquellas personas con características que los asemejen a los miembros de las maras salvadoreñas y, sobre todo, aquellas personas que puedan influir en la percepción de seguridad en el departamento.
“Esas personas si son salvadoreñas se deportan a su país y si son nicaragüenses serán indagados y vigilados, en coordinación con las comisiones de seguridad de municipios y barrios y otras instancias en el territorio, pero lo importante es que la población conozca que estamos haciendo lo necesario para evitar que la situación se nos descomponga con presencia de maras”, dijo el comisionado Pablo Ardón, jefe de la Secretaría Ejecutiva de la Policía de Nueva Segovia.
Ardón especificó que en la labor de vigilancia, en la frontera, han investigado a varias personas.
El temor que existe es que la Ley de Proscripción de Pandillas de El Salvador genere un “efecto cucaracha“, fenómeno que consiste en que los criminales huyen de un territorio donde se les castiga y se refugian donde hay mayor libertad.
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