LA HABANA/AFP
El Presidente de El Salvador, Mauricio Funes y su homólogo cubano Raúl Castro, acordaron ayer en La Habana “profundizar y fortalecer” los vínculos bilaterales, dejando atrás 50 años de alejamiento.
“Ambos mandatarios intercambiaron sobre el estado actual de las relaciones bilaterales y manifestaron su voluntad de profundizar y fortalecer los vínculos económicos, comerciales y de cooperación”, según un comunicado oficial, divulgado en el telediario nocturno.
Funes inició ayer la primera visita de un presidente salvadoreño a Cuba en 50 años para “reparar un pecado histórico” y tratar de curar viejas heridas de la Guerra Fría. “Esta visita es la reparación de un pecado histórico cometido por administraciones anteriores que definían su política exterior a partir de alineamientos ideológicos y no a partir de los intereses de la nación”, expresó el mandatario a su llegada.
El mandatario salvadoreño estimó “anacrónico” el “bloqueo” (embargo) que Washington impone a La Habana.
Funes restableció relaciones diplomáticas con Cuba el 1 de junio de 2009 en el mismo acto en que asumió como primer mandatario de izquierda en la historia del país centroamericano, último de la región en recomponer lazos con la isla, tras una ruptura generalizada, excepto México, durante la Guerra Fría.
Sobre un posible encuentro con el líder cubano Fidel Castro, alejado del poder desde 2006 por una grave crisis de salud, Funes mencionó que, aunque “no está en agenda”, le “daría mucho placer saludarlo”, pues hace unos años lo entrevistó como periodista.
El viaje a Cuba, aplazado en dos ocasiones por problemas de agenda, suscitó reacciones encontradas en San Salvador, que van desde la aprobación de la Iglesia, hasta el rechazo de la oposición.
La visita de Funes se efectúa en momentos en que Cuba procesa al salvadoreño Francisco Chávez Abarca —detenido en Venezuela y enviado a Cuba—, quien reconoce su participación en planes contra el presidente venezolano Hugo Chávez y atentados con bombas en La Habana en 1997 por orden del anticastrista Luis Posada Carriles.
Otros dos salvadoreños, Raúl Cruz León y Otto René Rodríguez, fueron condenados a pena capital por esos mismos atentados que dejaron un muerto y varios heridos, pero la pena no ha sido ejecutada debido a la moratoria seguida por La Habana desde hace más de una década.
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