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Myrna Dávila Castellón

El complejo de los nicas

Desde que era niña y estudié en el colegio que “los extranjeros tienen los mismos derechos que los nicaragüenses”, me pareció completamente desafortunado. A lo largo de los años me di cuenta que no sólo tienen los mismos derechos, sino que en la práctica gozan también de más privilegios que nosotros los nicas.

Un caso concreto lo he visto desde hace tiempo, lo cual sigue sucediendo en nuestros días y es que si a una empresa llegan un nicaragüense y un extranjero a solicitar una plaza vacante, sin pensarla dos veces le dan el empleo al extranjero. Me pregunto… ¿por qué?

Esta actitud me sigue extrañando, pues en otras naciones, al contrario de aquí, prefieren a los connacionales antes que a cualquier extranjero, o llegando al extremo en otros países, de vivir un extranjerismo tan acérrimo y enfermizo, un amor tan exagerado a su Patria, que raya en el fanatismo, que los lleva incluso a despreciar a todo extranjero.

Es sabido que en Nicaragua, empresas de otros lugares que instalan sus negocios aquí, tratan mal e injustamente a sus empleados nicaragüenses y las autoridades respectivas, hacen muy poco o nada para defenderlos, a no ser con una leve multa que les imponen y que en absoluto beneficia a los maltratados. También supe de una mujer extranjera —jefa de una oficina pública— que trataba “como perros“, como suele decirse, a los subalternos nicas, sin que tampoco nadie hiciera algo por ellos, sino hasta después de muchos años de padecimientos. ¿Cuál es el “Estado de Derecho” que se vive en Nicaragua?

A nosotros, por desgracia, no se nos ha insistido suficientemente en el amor a la Patria, como se hace en otros lugares, quizá debido a que desde niños, hemos vivido esclavizados de una u otra forma por gobiernos totalitarios de derecha e izquierda, que nos han oprimido, creándonos un complejo de inferioridad, al no gozar desde nuestra tierna infancia, como en otros países, de franca libertad, mermando enormemente el patriotismo, pues de muchas formas los malos gobernantes incitan a toda persona a emigrar, cuando es insoportable la presión a que se es sometido, sintiendo a veces inconscientemente, un resentimiento hacia la pobre Patria que no tiene la culpa de nada. Y si el pueblo entero le tiene poco amor a la Patria, lo tienen menos los que siguen aprovechándose de ella, porque realmente carecen del más mínimo afecto hacia su país, arremetiendo con saña contra sus propios conciudadanos; esto ha provocado sin pretenderlo, una baja autoestima, máxime que ha hecho falta una educación cívica moral apropiada, que nos haga amarnos a nosotros mismos y a todo lo nuestro.

¿Por qué nosotros tenemos este complejo, si nos sobran motivos más que suficientes para enorgullecernos de ser pinoleros? Nicaragua es un país bendecido por Dios por sus riquezas naturales, por su belleza y su excelente posición geográfica, por su exuberante vegetación y ya no se diga de su gente encantadora, pese a lo que hemos padecido. Además, siempre hemos contado con hombres y mujeres, que han dado y siguen dando gloria a Nicaragua, tales como escritores, poetas, deportistas y hasta santos y santas muchos de ellos.

Es hora de pensar en grande —como decía nuestro Rubén Darío— para sacudirnos esta falsa idea de creer, sobre todo el mundo empresarial, que un extranjero es más inteligente y preparado que un nicaragüense y que rendirá mejores frutos en su trabajo, cosa nada cierta, pues siempre en Nicaragua, la educación ha sido superior a la de cualquier país centroamericano, al menos. Sin embargo, con los cambios bruscos de Gobierno, ignoramos cómo andará la actual enseñanza educativa.

Ha llegado la hora, pues, de no permitir bajo ningún pretexto, que vengan extranjeros a mandarnos, ni mucho menos pisotearnos, como muchas veces lo han venido haciendo.

Y sin alimentar un odio al extranjero, mantengamos la hospitalidad que siempre nos ha caracterizado, pero sepamos mantener en alto nuestros derechos cuando sean atropellados por extranjeros o nacionales, autovalorándonos justamente y conscientes de que el nicaragüense vale tanto como cualquier extranjero.

Nunca permitamos ser discriminados en nuestra propia tierra.

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Opinión

COMENTARIOS

  1. NICA MADE IN USA
    Hace 13 años

    Sra Davila,creo que su articulo tiene muchas inconsistencias,no confunda la buena y famosa hospitalidad del nica con los complejos de los que usted busca combatir;usted no puede generalizar que todo extranjero es malandrin ni mucho menos,no se quiera poner como los mexicanos o los rusos;pesimos anfitriones;aca en paisito el que mas maltrata al nica es otro nica;con solo manejar un par de horas por Managua se lo recordara cualquier policia mordelon o en cualquier oficina del estado orteguista

  2. El Soberano de las llanuras
    Hace 13 años

    Felicito a la Sra Myrna Davila Castellon,por su contundente y acertado articulo.Verdades diafanas, dichas con conocimiento de causa y con mucho patriotismo y con amor puro a Nicaragua y sus bellezas.La Sra habla de una realidad que se ha vivido x largos años en Nic:y es la que cualquier extranjero que ha venido a este pais se le ha tratado mejor q a los nacionales, en todos los aspectos .Debemos de ser hospitalarios pero no ceder nuestros derechos a ellos,que es lo q ha pasado.

  3. JOSE DAVID LAGUNA
    Hace 13 años

    NUNCA me he sentido descriminado en mi propio pais, nunca he te nido un jefe extranjero, nunca me ha pisoteado nadie en Nicara gua.Quizas eso ha pasado del 1979 a la fecha en lugares donde los que mandan sean extranjeros, es posible. Si el FSLN ha dado refugio y trabajo a muchos indeseables en otros paises, es posible que en Nicaragua se sientan fuertes por sus ideas politicas.Eso no es culpa del nica, es culpa del gobierno del 38% que da refugio a terroristas y a fugitivos de la Interpol

  4. Juan Perez nica regalado
    Hace 13 años

    Con el respeto de la sra. que escribe este articulo, yo diria que mas bien es un don de Dios el haber hecho al nicaraguense con un alma tan grande y que abrazan a los extranjeros como si fueran de la misma patria. Errores pasan pero no es el reflejo del comportamiento de toda una sociedad. Po eso es que el nicaraguense siempre se enorgullece de ser nicaraguense.

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