“La educación en Nicaragua es más campaña política que política pública”, afirmó la vocera de la Coordinadora Civil, Luisa Molina, al referirse a la percepción de mejora educativa que dan los discursos de las autoridades educativas.
No obstante, Molina señaló que lejos de materializar ese discurso, el Gobierno del presidente Daniel Ortega no muestra interés de invertir más y mejor en educación a fin de mejorar la calidad de ésta.
“El Gobierno tiene un discurso en el que plantean que la educación ha mejorado en Nicaragua. Hay alfabetización y la educación es gratuita, pero nosotros diferimos porque si bien la acción de gratuidad educativa da un mensaje positivo a la población, de acuerdo con el análisis económico de inversión en políticas sociales, vemos que Nicaragua efectivamente no está invirtiendo de cara al desarrollo”, aseveró Molina.
Recientemente una encuesta realizada por la firma M&R Consultores reveló que, en cuatro años de gobierno, la aprobación de la gestión del mandatario nicaragüense por parte de la población ha aumentado considerablemente.
A la fecha, Ortega cuenta con 45 por ciento de aprobación en el trabajo que realiza dentro de las áreas sensibles para la población, entre ellas educación.
En las áreas de la Salud y la Educación, que han sido los estandartes de su campaña, Ortega goza de una aprobación de más de 50 por ciento de la población, según M&R Consultores.
“Cómo me puede demostrar que estén mejorando la educación en el país si el presupuesto destinado a la misma sigue congelado y los niveles de empirismo en el magisterio siguen siendo superiores al 50 por ciento”, cuestionó Molina.
Sin embargo, la vocera de la Coordinadora Civil reconoció que el decretar la educación gratuita fue una buena estrategia de parte de Ortega, sobre todo porque la matrícula escolar superó el millón de niños en el 2007, luego que la privatización de la educación, hasta el 2006, impidiera que la matrícula superara los 900 mil niños y niñas inscritas en las escuelas.
La sociedad civil insiste en la necesidad de destinar el siete por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación. Pero la inversión que el Gobierno hizo a la educación este año fue de 3.86 por ciento del PIB y según lo aprobado para el 2011, la asignación será de 3.7 por ciento del PIB.
“El discurso debe materializarse en la calidad educativa, la educación no tienen calidad en Nicaragua porque no hay maestros, la mayoría de los que existen son empíricos y el 60 por ciento de las escuelas están deterioradas”, manifestó Molina.
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