Tengo 22 años y trabajo como asesor en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Washington, Estados Unidos. Nací en León y estudié en el colegio La Salle de esa ciudad nicaragüense, donde obtuve logros académicos desde muy temprana edad. En sexto grado fui el segundo mejor estudiante de primaria del país y al concluir la secundaria fui el mejor estudiante de la promoción del colegio.
Recuerdo que en el 2005 no participé en la competencia para ser el mejor bachiller del país porque estaba fuera de Nicaragua. De nuevo, por mis buenas notas, había sido escogido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes y la Embajada de España para hacer la Ruta Quetzal en España y Perú durante un par de meses, y fue la época en que se escogió al mejor expediente del país.
Sin embargo, mi promedio al concluir el bachillerato fue de 99.7 por ciento. Siempre estuve en el cuadro de honor del colegio, con promedios que oscilaron entre 97 y 100 por ciento. La nota más mala que tuve en secundaria fue un 85 en la clase de computación en segundo año. Similares serían mis resultados, años después, en las aulas de la universidad Thomas More, donde estudié becado y de donde me gradué este año con un promedio de 3.96 sobre cuatro en la carrera de Gerencia y Finanzas. En la universidad la nota más baja que recuerdo fue un 89 en la materia de Estrategia.
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Desde siempre las clases que más me gustaron fueron matemáticas y español. De ahí surgió el cariño por la Gerencia y Finanzas. Mucha gente cree que matemáticas es una clase difícil, pero en realidad con un poco de dedicación y amor uno la pasa entretenido, inclusive hay juegos de matemáticas muy divertidos que ayudan a desarrollar nuestras capacidades mentales. Creo que soy bueno en el análisis, y siempre trato relacionar la información que obtengo, los datos reales, con la experiencia empírica para dar una mejor respuesta a las situaciones que me rodean.
HERENCIA DE DEDICACIÓN AL ESTUDIO
La dedicación al estudio es una herencia de familia. Mis dos hermanos mayores también fueron excelentes alumnos tanto en el colegio como en la universidad. Ellos han sido ejemplos para mí. Me han aconsejado y ayudado en todos estos años y todavía lo siguen haciendo. Mis papás, que se dedican a sus propios negocios en León, también son mi inspiración, lo mismo que mis abuelas con sus sabios consejos.
Me considero una persona perseverante y hambrienta de conocimientos que busca aprender algo nuevo día a día, de cada situación, porque como dice mi abuelita: “Nunca sé es muy viejo para aprender”. Me gusta superarme, por lo que constantemente me planteo metas en todos los aspectos de mi vida. Soy una persona de mente abierta y dispuesta a los cambios, responsable y respetuoso.
FAN DEL BALONCESTO
Como pasatiempos me gusta jugar baloncesto. Desde niño ha sido mi deporte favorito. En el 2004 estuve en la Selección Nacional que se llevó la medalla de plata en los juegos centroamericanos Codicader. También me gusta ver televisión, navegar por internet y leer.
En estos momentos me encuentro preparando mi perfil laboral. Quiero estudiar una maestría muy pronto, y estoy en busca de una universidad y un programa de becas.
SISTEMA EDUCATIVO CON MUCHAS CARENCIAS
El sistema educativo nicaragüense tiene muchas necesidades. Estamos atrasados en muchos aspectos. Tenemos grandes carencias. Nuestras actividades investigativas son escasas en comparación con otros países, no obstante tengo la fe de que esto cambie. Creo que hay mucho potencial para desarrollarse y convertirse en uno de los mejores de Centroamérica. Nicaragua es un gran país, con un gran potencial, económico y humano.
Tenemos una enorme cantidad de recursos naturales que hoy día se han convertido en materia prima codiciada para muchos países industrializados, poseemos recursos humanos, un activo importante para el desarrollo de la sociedad que espera ser aprovechado de una mejor manera, con reglas claras.
Hay potencial en el turismo tanto urbano como rural, en la agricultura y ganadería que han sido tradicionalmente la base de nuestra economía.
En el futuro, me veo en Nicaragua compartiendo experiencias que he acumulado en estos cinco años. Mi intención es poner mi granito de arena en la construcción de un mejor país, más desarrollado y con mejores oportunidades para las generaciones futuras.
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