14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Democracia limitante y dictadura habilitante

Sin duda que el sistema político de Estados Unidos tiene muchos defectos, algunos de los cuales, como los de su política exterior, inclusive son perjudiciales para otros países. Pero aún así, el sistema de gobierno democrático estadounidense es inmensamente mejor que cualquier dictadura, incluyendo a los regímenes populistas del “socialismo del siglo 21” que pretenden erigirse en alternativa a la democracia tradicional, teniendo como su principal exponente a Venezuela bajo el mando del coronel Hugo Chávez.

Veamos, por ejemplo, la situación creada por las elecciones parlamentarias que se realizaron este año en Estados Unidos, el martes 2 de noviembre, y en Venezuela, el domingo 26 de septiembre. En ambos casos, los resultados fueron desfavorables para los presidentes de los dos países, o sea para Barack Obama y Hugo Chávez. Sin embargo, como gobernante demócrata de un país genuinamente democrático, Obama aceptó con dignidad la derrota electoral parlamentaria a pesar de que ésta causa una grave limitante a sus programas gubernamentales.

Por el contrario, Hugo Chávez reaccionó a la derrota electoral parlamentaria de manera indigna, amenazando y agrediendo a la oposición que lo derrotó en las urnas electorales y haciendo aprobar una ley habilitante para arrogarse la facultad de legislar por decreto en todos los ámbitos del poder, antes de que los diputados de oposición elegidos por el pueblo asuman sus funciones en la Asamblea Nacional, el 5 de enero próximo.

En relación con un tema de mucho interés para América Latina y el Caribe, como es la situación de los inmigrantes ilegales en Estados Unidos, desde antes de tomar posesión los nuevos legisladores republicanos que dominarán la Cámara de Representantes y limitarán el control de la mayoría oficialista en el Senado, el presidente Obama fue derrotado la semana pasada con el rechazo a la Dream Act, que es la sigla en inglés de la propuesta de ley para el Desarrollo, Ayuda y Educación para Menores Extranjeros.

Como se sabe, el propósito de esa propuesta de ley era permitir, entre otros beneficios, que los estudiantes indocumentados pudieran obtener una visa de residencia temporal y que después de graduarse optaran a la residencia legal permanente. Y además, que pagaran iguales aranceles universitarios que los demás estudiantes, en vez de lo que pagan actualmente, que es hasta tres veces más.

En Estados Unidos se critica a Obama porque supuestamente no hizo suficientes gestiones ante el Senado para que aprobara el Dream Act, como sí lo hiciera con la ley que permite a los homosexuales ser miembros de las fuerzas armadas sin limitaciones de ninguna clase. Pero a nadie se le ocurre, y mucho menos a Obama, sugerir una ley o proponer cualquier medida institucional habilitante que le permita al Presidente legislar por decreto, desconocer la nueva composición en el Congreso que ha sido determinada por la voluntad popular y hacer lo que quiera en el gobierno sin tomar en cuenta a la oposición.

Chávez, en cambio, se quedó con la mayor parte de los diputados a la Asamblea Nacional, a pesar de que en las elecciones del 26 de septiembre pasado el partido oficialista tuvo menos votos que la oposición, debido a un sistema electoral fraudulento, ventajista para el partido chavista y antidemocrático. Pero aún así, Chávez no consiguió los dos tercios de diputados que le permitirían hacer lo que quisiera, de manera que antes de que se instale la nueva legislatura hizo aprobar una ley habilitante para legislar por decreto en todo, durante el próximo año y medio, como un dictador omnipotente.

Por cierto que el pretexto de Chávez para arrogarse poderes dictatoriales es el desastre nacional causado por las recientes inundaciones. Pero igual o peor fue el desastre en la vecina Colombia, donde sin embargo hay un gobierno verdaderamente democrático y al presidente Juan Manuel Santos no se le ocurrió aprovechar la ocasión para convertirse en dictador, como lo ha hecho Hugo Chávez.

Ésa es la diferencia esencial entre democracia y dictadura, entre demócratas y caudillos populistas, entre decencia e indecencia política. Y muy bien ha dicho la oposición venezolana agrupada en la Mesa de Unidad Democrática, que Hugo Chávez ha dado un golpe de Estado desde el Estado. Lo cual viola flagrantemente la Carta Democrática Interamericana de la OEA, pero esto ni siquiera inmuta a los comediantes dirigentes del organismo hemisférico que supuestamente vela por la vigencia de la democracia.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí