CORRESPONSAL/ COSTA RICA
Costa Rica recordó el trágico terremoto que devastó hace dos años el centro del país, dejando 25 muertos y cinco desaparecidos, de ellos dos nicaragüenses que nunca fueron encontrados, así como pérdidas millonarias en cultivos, infraestructura y sistema eléctrico, entre otros problemas.
A la 1:21 p.m. del 8 de enero de 2009, un terremoto de 6.2 grados en la escala Richter sacudió la zona central y el resto del país, a una profundidad de 7.1 kilómetros.
El epicentro fue ubicado por la Red Sismológica Nacional (RSN) a cuatro kilómetros al suroeste de la comunidad de Cinchona, comunidad de la provincia de Alajuela, que fue sepultada por un enorme alud.
De los 25 fallecidos, nueve eran inmigrantes nicaragüenses que llegaron a la zona a trabajar. Oficialmente aún permanecen dos nicaragüenses desaparecidos, de los cinco reportados por las autoridades.
Se cree que estos dos nicaragüenses, Idania Pérez y José Baldelomar Barrios, quedaron sepultados en el alud que arrasó con la comunidad de Cinchona.
Los familiares de las personas fallecidas durante el sismo, junto a pobladores, celebraron una misa solemne a 300 metros de la antigua fábrica El Ángel, sitio donde se registró la mayor cantidad de fallecidos.
En el sitio donde se realizó la misa se ubicaba Soda La Estrella, donde fallecieron nicaragüenses y costarricenses.
Aunque en este sitio hubo escenas de terror, también ocurrieron milagros. Por ejemplo la pareja de nicaragüenses integrada por Freddy Garzón Mora y Karen López, así como la hija de ambos, Hellen, lograron salir del alud pese a que quedaron sepultados parcialmente.
Quien rescató a Karen y a Hellen fue el propio Garzón, quien perdió otros familiares nicaragüenses en el terremoto.
“Mi papá estaba en la soda al momento que se vino el terremoto. Entonces salió y sacó a pura mano a mi hermanita y a mi mamá. Mi hermanita sólo la cabeza tenía afuera y ella gritaba ¡auxilio! para que le ayudaran a salir“, relató Jerson (hijo de Garzón y López), en ese entonces de 13 años de edad.
“Yo estaba viendo televisión y cuando se dio eso (el desastre), fui a buscar a mis hermanos. Ellos estaban como hundiéndose en la tierra, yo les agarré la mano y los saqué. Después llegaron unos señores del Mopt (Ministerio de Obras Públicas y Transporte) y nos dijeron que nos fuéramos a una zona plana”, recordó.
“Todo esto ha significado una prueba durísima, porque mi papá perdió unos familiares que ya fueron enterrados. Digamos es una experiencia que jamás uno ha vivido, muy duro, un milagro. Mi mamá gracias a Dios está mal de las piernas, pero está con vida. Lo que importa es nuestra familia, lo material no importa”, dijo en ese momento.
Según el recuento, Costa Rica perdió 280 mil 537 millones de colones, que al tipo del cambio actual rondaría los 550 millones de dólares. Las principales afectaciones se centraron en un una planta eléctrica llamada Cariblanco, del Instituto Costarricense de Electricidad.
Pero también hubo daños en 71 comunidades, más de 1,000 personas en albergues y 125 mil personas resultaron afectadas indirectamente por la tragedia.
A dos años del suceso, poco a poco el Gobierno y la empresa privada han ido restaurando la zona afectada.
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