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Inés Izquierdo Miller

Al derecho y al revés

La semana pasada estuvimos hablando de los palíndromos, esas enigmáticas palabras que son como rostros frente a un espejo, como los grabados del artista gráfico holandés Maurits Cornelis Escher (1898-1972), donde forma y fondo son idénticos.

Durante horas de búsqueda de información, encontré que hay poemas palindrómicos y hasta obras de teatro, una creciente inquietud por estas palabras que conservan tierno y suave su don de ser las mismas, al derecho y al revés.

Hay un poema de Julio González, de 1991, donde dice la primera estrofa: Arde ya la yedra, la moral, claro, mal. No deseo yo ese don, la tomo como tal. No traces en ese cartón, la ruta natural. Si lo leen al revés verán lo sorprendente que resulta ver lo mismo que al derecho, pero no en toda la estrofa, sino en cada verso.

Hay palíndromos de tres letras: acá, ala, ama, ana, ara, asa, ata, aya, dad, efe, eje, non, oro, oso. De cuatro letras: erre, allá, elle. De cinco letras: aboba, aérea, ananá, aviva, radar, rajar, rasar, sacas, salas, sanas, etc. De seis letras: narran, rallar, selles. También hay de siete letras: anilina, arenera, recocer; de ocho letras como acurruca y de nueve letras como reconocer, sometemos.

Los palíndromos están también presentes en las matemáticas, el diccionario recoge el término capicúa que quiere decir número que es igual leído de izquierda a derecha que de derecha a izquierda; por ejemplo el 1331. El término nos llega de una expresión catalana (cap i cua) que significa, cabeza y cola. También existen ecuaciones capicúas:

Y en Genética existe una secuencia de bases de ADN que se lee igual de izquierda a derecha, que de derecha a izquierda y aunque nuestra palabra en cuestión es de 1622; fue hasta 1974 que irrumpió con el significado biológico, introducido por Wilson y Thomas que le ponen la terminación en -e por el vocablo síndrome.

Para el cubano Guillermo Cabrera Infante, “este nombre refleja mejor la idea de etéreo, recuerda una paloma del lenguaje”, y él utilizó algunos como el diálogo palindrómico entre Adán, Eva y un cangrejo en las costas bolivianas, en su libro Exorcismos del Estilo.

Según los récord Guinnes, el palíndromo más largo es una novela en inglés y tiene 66.666 palabras (vaya numerito ése),

En la música, algunos compositores lo han usado. Mozart tiene un dúo para dos violines y las dos partes están escritas en la misma partitura. Los ejecutantes se deben colocar en lados opuestos de donde se ponga la partitura, así uno toca la composición de arriba abajo, y el otro de abajo a arriba. Lo curioso es que se logra una buena armonización.

Les decía en la entrega anterior que hay un Club Palindrómico Internacional (CPI) y ésta es su página web: http://www.albaiges.com/cpi/cpi.htm. Este Club surge en 1987 por iniciativa de Josep M. Albaigés. Aquí se encuentran esos seres que cazan palabras cual si fueran mariposas y las ordenan en un círculo mágico, donde el final de una palabra te enlaza con el espejo oculto que la devuelve desde el inicio.

COMENTARIOS

  1. Tatiana
    Hace 13 años

    Existen las palabras, endenante y anante? La he escuchado con frecuencia pero no se si esas palabras existen o no y que significan. Me gustaria que me aclarara eso.

  2. Guillermo
    Hace 13 años

    No “fue hasta 1974 que irrumpió…” ¿No cree que le faltó la negación, maestra?

  3. Mario HC
    Hace 13 años

    Cuando van a corregir el problema de este articulo que deja de funcionar despues del primer dia de publicado? Todas las semanas pasa lo mismo. A partir del 2º dia ya da error 404 y no se puede leer. Nadie lee las notas que dejamos los lectores?

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