Cuando se compara a Tumarín con otros proyectos hidroeléctricos de la región, el costo del megavatio producido por esta hidroeléctrica se ubica entre los más caros, dando facilidades a los inversionistas para que puedan recuperar la inversión en un periodo relativamente corto.
En el pecio del megavatio construido en esta hidroeléctrica, según los datos de inversión que plantea la empresa desarrolladora del proyecto, Centrales Hidroeléctricas de Nicaragua (CHN), se estaría calculando en 4.5 millones de dólares por megavatio, que se iguala a los costos de inversión en la generación geotérmica, la más cara de las renovables.
Fuentes del sector eléctrico consultadas por LA PRENSA manifestaron ayer que efectivamente a como se plantean los precios de generación en Tumarín, el proyecto está elevado, tomando en consideración que en países como Costa Rica y Honduras se ejecutan proyectos similares con promedios de inversión en generación más baratos.
MÁS CAPACIDAD Y MÁS BARATA
La fuente explicó que por ejemplo con la hidroeléctrica Reventazón, que se construye en Costa Rica, tiene un costo de mil millones de dólares y su capacidad de generación es de 300 megavatios.
El costo del megavatio construido en este proyecto se calcula en 3.3 millones de dólares, mucho más barato que Tumarín. Es un proyecto que generará 50 megavatios más de potencia y tiene una inversión de 100 millones de dólares menos.
La obra se desarrolla a la margen del río Reventazón, concretamente en el límite entre Siquirres y Turrialba, en Costa Rica.
Será ejecutada por el Instituto Costarricense de Electricidad (CIE) en alianza con empresarios privados internacionales, entre los que figuran la empresa China Sinohydro, que construyó la hidroeléctrica conocida como Las Tres Gargantas, con capacidad de 22 mil 500 megavatios y la brasileña Electrobras, que construyó la hidroeléctrica de Itaipú, de 14 mil megavatios.
“Los costos de generación con Tumarín son altos y al parecer quieren sacarle ganancias rápidamente al proyecto. Todo hace indicar que están considerando recuperar su inversión en menos de diez años, según la propuesta de costos de cada megavatio producido, que aumenta un tres por ciento anual, incluso antes de estar produciendo energía. En ningún lado te pagan antes de estar generando electricidad y eso es una razón por la que los precios de producción se elevan”, apuntó la fuente consultada por LA PRENSA.
La fuente, que prefirió mantenerse en el anonimato, explicó que es bastante sorprendente que el proyecto pase de un costo inicial de 800 millones de dólares a 1,110 millones y que el principal argumento sean los costos de construcción de la represa.
Agregó que estos costos no representarían mayores inversiones que las ejecutadas en Costa Rica, en Panamá o en Honduras.
“La inversión en infraestructura no eleva tanto los costos de inversión. Al parecer quieren recuperar sus ganancias a lo inmediato y creo que es un error porque los proyectos hidroeléctricos son inversiones que se ejecutan a largo plazo. Una hidroeléctrica se edifica para durar más de 50 o 60 años y recuperan su inversión en promedios razonables”, afirmó la fuente.
OTROS CASOS MÁS BARATOS
Otro de los proyectos que se estará ejecutando en Centroamérica es la hidroeléctrica Piedras Amarillas o Patuca III, en Olancho, Honduras.
Su capacidad de generación es de 104 megavatios de potencia y se invertirán 263.94 millones de dólares. El costo por el megavatio construido se calcula en 2.5 millones de dólares.
También está el proyecto hidroeléctrico Diquís, en Costa Rica, donde se generarán 631 megavatios de potencia y será el de mayor capacidad en la región.
Su inversión es de 1,850 millones de dólares y el costo del megavatio construido se calcula en 3 millones de dólares.
El costo del megavatio producido se estima costará 70 dólares, mucho más barato que el costo de generación que tiene Tumarín, que iniciará a producir con un valor de 128 dólares el megavatio, dentro de cuatro años, con un aumento del tres por ciento anual.
CONTRATOS EXCLUSIVOS
Fuentes del sector empresarial revelaron a LA PRENSA que CHN está abogando por negociar contratos de compraventa de energía con la distribuidora Gas Natural, donde se exige que se compre toda la capacidad producida, la cual se estima sea de 1,162 gigavatios anuales.
“Es algo que no lo veo razonable, tomando en cuenta que las plantas hidro no generan todo el año. Esto quiere decir que si contratás algo exclusivo, deberán pagar por potencia instalada aunque no genere energía. Hay varias cosas que no encajan y valdría la pena aclararlas”, dijo la fuente consultada.
TUMARÍN MÁS CARA QUE PLANTAS GEOTÉRMICAS
Los costos reflejados con Tumarín igualan la inversión en concepto de megavatio construido de la geotérmica. La fuente consultada manifestó que como precio base en geotérmica el megavatio construido redondea los 4 millones de dólares.
“Está siendo más cara que una planta geotérmica, que te produce todo el año y es una de las inversiones más altas en concepto de energías renovables, por el riesgo que lleva en el proceso de preinversión y estudios de factibilidad”, dijo la fuente.
Polaris Energy S. A. en la actualidad desarrolla la expansión del proyecto San Jacinto Tizate en Nicaragua, que pasará a producir 72 megavatios en los próximos dos años, con una inversión de 350 millones de dólares aproximadamente.
Alejandro Argüello, vicepresidente corporativo en Polaris, explicó que el costo por cada megavatio construido en San Jacinto cuesta en promedio 4.5 millones de dólares.
Argüello destacó que en los proyectos energéticos los cálculos en los costos de generación dependen de diferentes factores, entre estos la inversión que se ejecuta.
“Por ejemplo, los costos de inversión para localizar el vapor en un pozo perforado en geotermia, en promedio cuestan cinco millones de dólares y te produce en promedio cinco megavatios. Eso asumiendo que sea bueno, porque a veces el pozo sale no productivo y se corre riesgo de perder la inversión”, enfatizó.
Argüello señaló que los términos de financiamiento son un factor clave, el pago de los préstamos y los intereses que exigen los bancos internacionales.
“Se tienen que tomar en cuenta varios factores y no hay una fórmula exacta para calcular los costos finales de generación. A veces los costos previstos en inversión de infraestructura se elevan en el camino y a eso se le suman los costos financieros del proyecto”, añadió.
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