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LA PRENSA/ AGENCIA

Cuerpo: Lienzo vivo del arte

El carbón, la tierra coloreada, el polvillo de rocas y la sangre de los animales fueron los primeros pigmentos del hombre primitivo para pintar su rostro y su cuerpo y así dar la imagen de la caza, la guerra e impresionar a sus más fieros adversarios. Hoy la historia es otra, nuevos camuflajes, ideas y acciones son realizados por artistas que han llamado body art o pintura corporal o body painting [pintura artística aplicada a la piel].

Por Arnulfo Agüero

El carbón, la tierra coloreada, el polvillo de rocas y la sangre de los animales fueron los primeros pigmentos del hombre primitivo para pintar su rostro y su cuerpo y así dar la imagen de la caza, la guerra e impresionar a sus más fieros adversarios. Hoy la historia es otra, nuevos camuflajes, ideas y acciones son realizados por artistas que han llamado body art o pintura corporal o body painting [pintura artística aplicada a la piel].

La pintura sobre el cuerpo, el performance, tatuaje y perforaciones son parte de las tendencias actuales del arte figurativo, propuestas de generaciones de artistas que surgieron en los años setenta del siglo pasado y que en la actualidad usan como su soporte o “lienzo vivo” para realizar sus más polémicas y exhibicionistas obras conceptuales o decorativas.

EL CUERPO, MODELO DE ARTE RADICAL

Por ejemplo la artista francesa Orla (Mireille Suzanne Francette Porte), en una acción del body-art en 1974 y otras en los años noventa se sometió a varias intervenciones quirúrgicas, las que fueron recopiladas y tituladas como “La Reencarnación de Santa Orlan”, con la idea de ser parte de las modelos clásicas de la belleza, como la Venus y la Monalisa.

Críticos como Baldini y Castoldi ven este performance como una “metamorfosis física y de las identidades más radicales y polémicas dentro del panorama artístico contemporáneo”.

Valga recordar que en los años setenta se abrió espacio al movimiento feminista, donde muchas artistas como Carolee Schneemann, Adrian Piper y Marina Abramovic, entre otras, encontraron en el body art y el performance su medio de expresión, de denuncia y protesta artística.

Antes otros como Vito Acconci, nacido en Nueva York en 1940, habían trabajado el arte corporal con acciones derivadas del minimalismo escultórico o Youri Messen-Jaschin de Suiza fue reconocido por su arte cinético y sus exploraciones pioneras en el body painting; de igual manera hay otros de esta misma generación como el artista francés neodadaísta Yves Klein, que dejó sus huellas en estas acciones del body art.

LA ESTÉTICA DEL CUERPO

A partir de los años noventa se montaron varias exposiciones en Europa, como la Périls et Coléres y la Désordres y Post Human, arte que debatió el argumento “de lo que debe ser lo público y lo íntimo, la masculinidad y la feminidad, el cuerpo artificial y el cuerpo asexuado”.

Para el fotógrafo chileno Roberto Edwards, creador de la idea de cuerpos pintados y del proyecto Taller Experimental Cuerpos Pintados, “todos los cuerpos son lindos. Lo que ha pasado es que hemos idealizado un tipo de belleza, hemos ensuciado el cuerpo y lo hemos visto como una máquina sexual, lo hemos tapado y para muchos se ha transformado en algo feo”.

Edwards promovió una exposición de Cuerpos pintados, exhibida en el Foro Scotiabank, de México, con la participación de más de 100 artistas que reivindicaron la estética del cuerpo humano. Esta muestra fue vista por cerca de un millón de personas, dio a conocer un periódico local.

Un rápido vistazo por sitios internet muestran de forma permanente esta enorme memoria visual que sigue creciendo con sus diversos lenguajes que buscan impresionar, llamar la atención o marcar una identidad mimetizada por el color o trazo en la piel.

Ahora el cuerpo se ha convertido en el lienzo vivo para dibujar, pintar, tatuar, perforar, fotografiar, filmar o actuar con performance. Y su pretexto supremo de exhibición, sin duda, es creativo y de placer; en otros casos de género, político o religioso, cuestionando con ironía la violencia, el autoritarismo gubernamental, social o moral.

También ha sido motivo de admiración por el placer que provoca, de belleza, de poder y de memoria histórica, que pervive con sus identidades como referentes desde las antiguas cuevas de Altamira, donde quedaron grabadas las figuras de cazadores como huella del paso del hombre en el tiempo; pasando por los desnudos clásicos y el cuerpo contemporáneo pintado o esculpido que ha convertido a modelos en obras de arte transitorio.

Muchos artistas del dibujo y la pintura de anatomías de rostros, parciales o fragmentadas, surcan su arte con imágenes de impacto de horror, alter egos, dibujos de faunas agrestes o silvestres, con colores encendidos, fosforescentes y con figuras llamativas eróticas para ser vistas en las pasarelas de las salas de arte, en las calles, en carnavales o en la internet.

También apreciamos que imágenes de la figura humana son asociadas a elementos tecnológicos, decorativos o para el consumo de la moda. Sin duda la figura humana sigue siendo el tema predilecto de los artistas profesionales o aficionados de todos los tiempos.

Este tipo de manifestaciones del arte en el cuerpo han sido acogidas en varios festivales, contándose entre ellos el World bodypainting festival, de Seeboden en Austria, o bien el Festival Internacional de la película fantástica, The International Body Painting Contest, de Bruselas, Bélgica, o festivales de Venezuela, entre otros.

¿DE DÓNDE VIENE ESTE BOOM DEL BODY ART?

Para Erika Frisancho Talavera, profesora de Historia de Arte de la Escuela de Artes-Música de la Universidad Nacional de San Agustín, Texas, el surgimiento de la idea del body art, donde el cuerpo se le ve como una obra de arte con una superficie a intervenir se encuentra originariamente en las formas artísticas de diferentes tribus de África y Oceanía.

Al respecto habla que la tribu Eunoto en África realizaba decoraciones con pigmento blanco, que los Maoríes se tatuaban, que los pobladores de Henna se los hacen en las manos, o que las mujeres de la cultura Guerda del Sudeste africano se realizaban dibujos en los pies. Ahora parte de esta cultura es asumida por las actuales generaciones, como arte o moda.

“Sin las connotaciones espirituales y religiosas de las culturas mencionadas, artistas contemporáneos, especialmente a partir de la década de 1960, también proyectaron el potencial del cuerpo como obra en sí, material artístico y superficie pictórica. Así, se crearon movimientos y técnicas que tienen como eje central el cuerpo”, valora la historiadora en su análisis.

En la actualidad, agrega, el Body art trata temas como la violencia, la autoagresión, la sexualidad, el exhibicionismo o la resistencia corporal a fenómenos físicos. Así el cuerpo puede estar transformado por un disfraz, ser utilizado como instrumento o unidad de medida, agredido o puesto a prueba hasta los límites del sufrimiento.

EL PRIMER MANIFIESTO

El primer manifiesto conceptual del arte corporal se dio a conocer en París el 29 de diciembre de 1974, con los siguientes enunciados:

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“Este arte en ningún caso es una receta artística destinada a inscribirse en una historia fracasada. El arte corporal es exclusivo, arrogante, intransigente. No mantiene relaciones con ninguna forma supuestamente artística si de entrada no es declarada sociológica o crítica.

“El arte corporal derriba, rechaza y ruega la totalidad de los pasados valores estéticos y morales inherentes a la práctica artística, ya que la fuerza del discurso debe reemplazar a cualquier otro presupuesto del arte”. (F. Pluchard, L’art corporel, pp. 60-61).

SOBRE EL BODY ART

Con antecedentes en los tatuajes y en la decoración que algunas culturas primitivas o exóticas realizan sobre el cuerpo, los artistas corporales buscan la originalidad cambiando el soporte tradicional de la tela para pintar sobre la piel de cuerpos desnudos.

Es una variedad del arte conceptual. La pintura en este tipo de arte se realiza directamente sobre la piel de los cuerpos, especialmente sobre el propio cuerpo del artista como materia o espacio de experimentación estética.

Esta tendencia surgió a finales de los años 60, define que el artista investiga su propio cuerpo como materia de arte y medio expresivo. Estas acciones a veces se realizaban ante un público especialmente convocado o en soledad, con el artista ante una cámara de vídeo o de fotografía. La obra de estos artistas trata temas como la violencia, la autoagresión, la sexualidad, el exhibicionismo o la resistencia corporal a fenómenos físicos. Así el cuerpo puede estar transformado por un disfraz, ser utilizado como instrumento o unidad de medida, agredido o puesto a prueba hasta los límites del sufrimiento, etc.

Podemos diferenciar en el body art una línea más analítica que se practica en Estados Unidos por artistas como Vito Acconci, Chris Burden o Dennis Oppenheim, quienes ponen el acento en las posibilidades del cuerpo, y otra más dramática, la europea representada por Herman Nitsch, Gunter Brus, Rudolph Schwarzkolger o Gina Pane, que incide en la reelaboración de arquetipos, junto a aspectos relacionados con el travestismo, el tatuaje o la sublimación del dolor.

Como precursores del body art encontramos el dadaísmo, el happening y más tarde está muy relacionado con la práctica de las “performance” (acciones), el teatro y la danza. Esta tendencia está enmarcada dentro de la escuela del arte conceptual, el que define que la idea prevalece sobre la realización artística.

La Prensa Literaria

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