CORRESPONSAL / RIVAS
Cegado por los celos, un hombre de 34 años ultimó de tres balazos —dos en el pecho y uno en la espalda— a la mujer que desde hace once años era su pareja, con la que había procreado dos hijos varones de diez y de cinco años.
Estela Clarisa Peña Altamirano, de 26 años, fue la víctima de su esposo —que también era su primo—, Carlos Francisco Alcocer Altamirano.
Luego de matar a su compañera, Alcocer Altamirano se quitó la vida de dos disparos.
- Los cuerpos de Estela Clarisa Peña Altamirano, de 26 años, y su esposo, Carlos Francisco Alcocer Altamirano, fueron encontrados por un compañero de trabajo de este último.
Según Germán Alcocer, hermano de Carlos Francisco, los dos hijos del matrimonio podrían quedar a cargo de su abuela materna, aunque dijo que hay apoyo total de todos los familiares.
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El hecho ocurrió entre las 3:00 p.m. y las 6:00 p.m. del domingo, en la comarca de Santo Domingo Piche, en el municipio de Potosí, Rivas.
De acuerdo con Germán Alcocer, hermano mayor de Carlos Francisco, él vio a su hermano en horas del mediodía del domingo.
Le llamó la atención que su hermano había mandado a los dos niños donde su abuela materna, quien vive en la misma comunidad.
“Parecía como que ya tenía en mente lo que iba a hacer”, expresó Germán Alcocer.
Supuestamente a Carlos Francisco le había llegado el rumor de que “alguien” andaba detrás de su compañera y esto habría ocasionado problemas en la relación, lo que desencadenó la tragedia.
Todo hace suponer que cegado por los celos el hombre decidió matar a su esposa y luego terminar con su propia vida.
FAMILIARES EN EL HOSPITAL
A la hora del suceso los familiares de la pareja estaban en el Hospital Gaspar García Laviana, de Rivas, y fue hasta las seis de la tarde que les avisaron de lo ocurrido.
Las investigaciones preliminares hechas por la Policía detallan que Carlos Francisco usó un revólver calibre corto, el cual contenía ocho proyectiles.
Alcocer Altamirano detonó cinco de los ocho proyectiles, tres fueron usados para atentar contra la vida de Estela Clarisa, la cual recibió dos impactos de bala en el pecho y uno en la espalda, mientras que el suicida utilizó dos de los proyectiles al dispararse uno en el pecho y otro en la sien.
Entre los pobladores de esta apacible comunidad había asombro al conocer el hecho, pues dijeron que nunca se había dado un caso como el ocurrido.
La pareja perteneció a una iglesia evangélica por algún tiempo, pero según Germán Alcocer ya no formaban parte de este grupo.
En la entrada del hogar donde ocurrió la tragedia todavía había un rótulo que decía: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra de Él”.
Ayer en horas de la tarde ambos fueron sepultados. La Policía cerraría el caso al momento de comprobar que no hubo nadie más detrás de este hecho.
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