Fabio Agrana
Panamá/ACAN-EFE
La escalada de precios y el cambio climático inciden en la desnutrición y la inseguridad alimentaria en Latinoamérica, especialmente en América Central, donde Guatemala enfrenta una situación de alto riesgo, afirmaron expertos de la ONU.
En el continente latinoamericano “hay países que son grandes productores de alimentos” pero al mismo tiempo “hay mucha gente que no tiene acceso” a los mismos, dijo a Acan-Efe el coordinador regional para América Central de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Deodoro Roca.
Puso como ejemplo de ello a Brasil, “que ha mejorado y es un gran productor”, pero en el que hay “grandes bolsones (espacios), enormes, de inseguridad alimentaria”.
En Centroamérica, explicó Roca, no solo hay “muy altos” índices de inseguridad alimentaria, sino que “está bastante distribuida y muy vinculada a dónde vive la gente”.
Puso como ejemplo a Guatemala, donde la falta de alimentos afecta “a regiones rurales”, y en Panamá “a las comarcas” indígenas.
Consideró que la reversión de la situación pasa por potenciar la agricultura familiar, establecer políticas de Estado para garantizar la seguridad alimentaria, y por la intensificación sostenible de la producción agrícola, este último uno de los “objetivos esenciales” de la FAO.
La FAO ejecuta desde enero de 2010 un programa de seguridad alimentaria en los países de Centroamérica que involucra unos 12 millones de dólares financiados por la Cooperación Española, para la producción de semillas de calidad para la agricultura familiar campesina.
Para Roca, además de factores como el climático, que afecta seriamente a Centroamérica y además incide mucho en los precios mundiales de los alimentos, la situación de inseguridad alimentaria se ve potenciada por una lección no aprendida por los Gobiernos de la región con la crisis financiera de 2008, de la cual “asumieron que no iba a pasar nada más”.
“Al cabo de dos años, con la recuperación a medias de la economía mundial, están subiendo los precios (de los alimentos) más de lo que estaban entonces”, señaló Roca, lo que coloca en una situación difícil a las familias pobres.
La reacción de los gobiernos de la región a la crisis de 2008 fue de coyuntura, con medidas a corto plazo, pero sin tener a la seguridad alimentaria como eje de las políticas agrícolas, expresó.
Esto llevó a que en Latinoamérica se perdiera buena parte del terreno ganado en materia de seguridad alimentaria, lo que es un “tema serio”, afirmó Roca.
Desde 2008, alrededor de cinco millones de personas están desnutridas en América Central, con una población de unos 46 millones de habitantes, y Guatemala se presenta como el país con la situación “más endeble y más delicada”, recalcó Roca.
En ese país, que vivió en 2009 una hambruna, los valores de desnutrición afectan al 50 por ciento de la población y sobrepasan el 80 por ciento en áreas rurales, señaló por su lado el representante de la FAO en Guatemala, Ernesto Jorge Sinópoli.
Sinópoli añadió que en Guatemala también hay identificados unos 15.000 casos anuales de desnutrición aguda en menores de 5 años, fundamentalmente en las zonas rurales del corredor seco y del occidente del país.
El gobierno guatemalteco declaró el pasado 19 de abril una “alerta por riesgo nutricional” en todo el país, para facilitar la implementación de un plan de contingencia que contempla distribuir alimentos a las familias en riesgo.
Sinópoli indicó a Acan-Efe que Guatemala se ha visto afectado en los últimos 12 años por eventos hidroclimáticos que sumados a las causas de mercado, hacen que exista un coyuntura “explosiva” y que prevalezca “una situación de riesgo”.
Sobre Nicaragua, Roca descartó que corra en estos momentos el peligro de sufrir una hambruna como la de Guatemala, porque es un país que tiene una capacidad de producción agrícola mucho mayor, aunque advirtió que la sequía es un problema latente.
“EN NICARAGUA SEQUÍA ES LATENTE”
Sobre Nicaragua, Roca descartó que corra en estos momentos el peligro de sufrir una hambruna como la de Guatemala, porque es un país que tiene una capacidad de producción agrícola mucho mayor, aunque advirtió que la sequía es un problema latente.
Roca mencionó a Panamá como una “paradoja”, porque a pesar de ser un país con ingresos medios relativamente elevados respecto a la región, mantiene niveles de desnutrición “excesivamente elevados”, del orden del 25 por ciento de la población, y que suben al 80 por ciento en la comarca indígena Ngbe Buglé.
Añadió que la situación de Costa Rica es distinta, porque es el país de América Central que tiene “los mejores niveles de seguridad alimentaria”, sin dar más detalles.