TRÍPOLI/AFP
El hijo más joven del coronel Muamar Gadafi, Saif Al Arab Gadafi, así como tres de los nietos del líder libio, fueron muertos este sábado por un bombardeo aéreo de la OTAN, anunció un portavoz del régimen en Trípoli.
“La casa de Saif Al Arab Gadafi (…), el hijo más joven del Guía (Muamar Gadafi, Ndlr), fue atacada con potentes medios. El Guía y su esposa estaban en la casa con amigos y allegados” y él está sano y salvo, declaró el portavoz del Gobierno, Ibrahim Musa, en una conferencia de prensa.
“El ataque causó la muerte, como mártir, del hermano Saif Al Arab (…) y la de tres de los nietos del Guía”, agregó el portavoz.
Saif Al Arab tenía 29 años, añadió.
“El Guía mismo se halla bien de salud. No fue herido. Su mujer también está bien de salud y tampoco fue herida, pero otras personas sí”, indicó.
“Se trata de una operación que apuntaba directamente a asesinar al dirigente de este país”, señaló.
El portavoz había acompañado previamente a los periodistas a ver los restos de una vivienda bombardeada en Trípoli, donde el grado de destrucción era tal que difícilmente se podía imaginar que hubiera habido sobrevivientes.
La noche del sábado se oyó en Trípoli tres explosiones procedentes del sector de Bab Al Aziziya, donde está el complejo que alberga los servicios del líder libio, que fue sobrevolado por aviones de la OTAN.
En Bengasi, bastión de la insurgencia libia, los rebeldes celebraron con disparos de alegría el anuncio, hecho por Trípoli, de la muerte del hijo más joven de Muamar Gadafi, constató un periodista de la AFP.
En el bulevar frente al mar, los coches pasaban haciendo sonar sus bocinas, al tiempo que el cielo se iluminaba con las balas trazadoras y los disparos de cohetes, baterías antiaéreas y fusiles de asalto.
“Están tan contentos de que Gadafi haya perdido a su hijo en un bombardeo aéreo que disparan para celebrar” su muerte, declaró el portavoz militar del Consejo Nacional de Transición (CNT, órgano político de la rebelión), coronel Ahmed Omar Bani, instalado en Bengasi.
Mediante un comunicado, el presidente de Nicaragua Daniel Ortega condenó ayer mismo los hechos que consideró “una masacre”.
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