Los emperadores romanos, en especial Julio César, mandaban a regalar trigo y entradas para los juegos circenses, como una forma de mantener distraído al pueblo de los problemas sociales y políticos.
A esta práctica se le conoció en latín como el “ panis et circenses ”, y en la actualidad se utiliza para describir a los gobiernos que, para mantener tranquila a la población y ocultar hechos controvertidos, provee a las masas de alimento y entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas, explica Wikipedia.
Según monseñor Bernardo Hombach, el “ panis et circenses ” lo está retomando el presidente Daniel Ortega para lograr su ansiada reelección ilegal, otorgando beneficios como el que anunció este viernes, en la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, sobre un aumento de 170 córdobas al bono-regalo a los empleados públicos, mientras en los parlantes gritaban que solo con Ortega estaba garantizada esa dádiva.
“Yo creo que este es un método equivocado, (Ortega) aplica el mismo método que ya aplicaron los emperadores romanos, esto se llama panis et circenses , pan y circo, espectáculo”, criticó el sacerdote.
Ortega también anunció este viernes que mantendrá los subsidios a las tarifas de energía y transporte colectivo para evitar alzas. Asimismo, dijo que el bono-regalo que reciben 155 mil empleados públicos desde hace un año pasará de 530 a 700 córdobas, lo que implica un aumento de 170 córdobas. Este bono se supone que es pagado con la ayuda de Venezuela.
Monseñor Hombach reconoció que una persona necesitada, a como es el caso de muchos nicaragüenses, cualquier ayuda es bienvenida, pero en realidad el pueblo de Nicaragua necesita recibir del Gobierno algo mejor.
Según el sacerdote, lo que podría ser más beneficioso para el pueblo es que se mejore la educación, las posibilidades de un empleo bueno y digno e igualdad de condiciones para todas las personas.
Con sus “dádivas” Ortega solo podría sorprender a las personas con poca cultura, pero quienes tienen más educación fácilmente se darán cuenta de que el gobernante solo estaría buscando su propio beneficio político.
Hombach habla de la igualdad porque recientemente el Gobierno estaba ofertando unas becas para estudios especializados y una doctora bien aplicada como estudiante aprobó el examen con una nota excelente y a pesar de ello al final no fue tomada en cuenta. La decepción fue grande cuando vio que se benefició con las becas a otras personas que promediaron notas bajas en el examen.
“Estas cosas no quiere un pueblo educado, lo que quiere es justicia, un pueblo educado quiere trabajo, educación, que haya educación, que los estudiantes puedan educarse, igualdad para todos”, manifestó Hombach.
El sacerdote recordó que también Somoza utilizó la misma táctica para ganar votos en las elecciones presidenciales.
“El pueblo no quiere como antes que le daban nacatamal con guaro, no ha cambiado el método”, expresó.
FRENO AL DESARROLLO
Para monseñor Hombach, el hecho de que Ortega cuente actualmente con los recursos necesarios para realizar este tipo de “regalías” a la población, es un tanto peligroso para el desarrollo cultural y económico de los nicaragüenses.
El exobispo de Granada comentó que cuando los países europeos cortaron la ayuda a Ortega, por el fraude municipal del 2008, varios periodistas lo llegaron a consultar para que hablara mal del Gobierno, pero les advirtió que veía la situación de manera diferente.
Para Hombach lo preocupante no es que se corte la ayuda extranjera para Nicaragua, sino que al recorrer el país se observe que apenas un 50 por ciento de la tierra buena sea cultivada, y de ese 50 por ciento solo un 20 por ciento esté bien aprovechada.
“La ayuda paraliza un poco el potencial que hay en el pueblo, mientras que un Gobierno debe de fomentar, dar chance para que se mejoren las cosas”, afirmó Hombach.
Finalmente el sacerdote lamentó que Ortega saque provecho de las necesidades de la población. “La gente pobre más fácilmente reacciona. Alguien que anda pidiendo (mendigando), el voto de él vale lo mismo que el voto de un profesor de universidad, a un profesor no lo puede tentar, a la gente (pobre) con una canasta, ya dice él me dio algo”, explicó Hombach.
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