El suplemento Domingo de LA PRENSA publicó una entrevista a Sergio Ramírez. Por la memoria de los muertos, lisiados de guerra y el sufrimiento de las familias divididas, he escrito este artículo para denunciar las mentiras de Ramírez.
Lamentablemente en la portada de Domingo sale la foto del papa y santo Juan Pablo II junto con el nombre de Ramírez, coautor intelectual, organizador y ejecutor del irrespeto que los sandinistas tuvieron con Su Santidad. La entrevista fue de “bola pasada”, poco profesional.
Miente Ramírez cuando afirma: “Yo tenía poder en los asuntos administrativos del gobierno, tenía que ver con los ministros, yo dirigía el gabinete, pero en los asuntos que tienen que ver con la represión o las operaciones clandestinas o como se llamen, todo el mundo sabe que eso estaba en manos de un aparato que nada tenía que ver con el gobierno”. Les aclaro que, a lo que él llama “operaciones clandestinas”, son asesinatos, chantajes, crímenes de lesa humanidad, terrorismo, tráfico de drogas, violaciones a la Constitución, a los derechos humanos y a la moral. Miles de nicaragüenses fueron asesinados, torturados y confiscados. Jamás Ramírez escribió un párrafo criticando a sus compañeros. Por el contrario vivió, disfrutó y se lucró del poder.
Afirma Ramírez, al igual que Tomas Borge “ la gente aquí no recuerda al último Somoza como alguien que tenía todo el poder concentrado en la mano, sino como alguien represivo, de asesinatos masivos, de cárceles llenas, de los presos políticos y eso no es Daniel Ortega. Esa diferencia hay que establecerla es aras de la honestidad”. Ramírez miente defendiendo a Ortega. ¿Quién asesinó al coronel Bermúdez, a líderes de la Contra, Carlos Guadamuz, Herty Lewites, Alexis Argüello y a muchos más? ¿Que las cárceles no están llenas de presos políticos? ¡Pero si Nicaragua es una cárcel! ¡En la campaña municipal nos apedrearon, golpearon, persiguieron! Cuando marcha la sociedad civil nos amenazan, golpean y agreden. Hemos tenido que correr para evitar ser linchados por las turbas orteguistas protegidas por la Policía sandinista.
Cuando los “ramiristas” critican a Alemán de corrupto, y estoy claro que en el gobierno de Alemán hubo corrupción, lo mismo que con Toño Lacayo y menos con Bolaños, se le olvida que los principales autores de la “piñata” fueron Ortega y Ramírez y les recuerdo que la piñata es el robo más grande en la historia de Nicaragua.
Miente Ramírez cuando afirma que está “bastante al margen” de la política. Él nombró ministro a Mundo Jarquín y sigue siendo su jefe. Recuerdo la única vez que me reuní con Mundo Jarquín, hace unos años, me di cuenta que su oficina estaba enfrente de la casa de Ramírez y en cuando terminamos la reunión, salió corriendo a informarle. Ramírez fundador y principal líder del MRS ya cumplió el papel que el orteguismo le asignó: dividir el voto liberal.
Ramírez dice mensajes subliminales que ayudan a Ortega, por ejemplo: 1) Cuando afirma que la comunidad internacional tolera la candidatura ilegal de Ortega. El mensaje es: si hasta los gringos aceptan la candidatura, ¿para qué oponerse? 2) Expresa sus dudas si vale la pena votar. “¿Voy a volver a alzar mi pie yo y que me vuelvan a robar mi voto?” Lo que está promoviendo es la abstención que favorece a Ortega. 3) Miente Ramírez cuando afirma que el Ejército es una institución independiente. ¿Por qué el Ejército no denuncia que la candidatura de Ortega es inconstitucional y además no critica que su exjefe sea el candidato a vice de un candidato inconstitucional. ¡Qué diferencia existe entre el ejército hondureño y este ejército, que fue y es sandinista! 4) Ramírez da como cierta la encuesta pagada en donde Ortega gana fácilmente las elecciones y Gadea y Alemán sacan muy poca intención de votos.
Miente Ramírez cuando afirma que “fui una especie de primer ministro administrando un país en ruinas y quebrado”. Si bien es cierto, la guerra contra Somoza golpeó la economía, pero Nicaragua era unos de los países ricos de Centroamérica. Había una infraestructura económica y social productiva, rentable y en crecimiento. La cúpula sandinista destruyó la economía y eliminó la libertad de prensa. Desde las oficinas de Ortega y Ramírez se fraguaron las destrucciones, censuras y amenazas a LA PRENSA y Radio Corporación. Jamás Ramírez escribió una palabra para defender a los medios de comunicación, a los confiscados, a los desaparecidos, a los humillados y chantajeados. El orteguismo tiene mucho poder y riqueza mal habida, tiene extorsionados y amenazados a los políticos y empresarios, pero en nuestra sangre india corre la libertad y la justicia. Estamos agredidos y amenazados, pero nunca callaremos ante las mentiras, las calumnias y la manipulación, por muy sublime y “fina” que sea.
El autor es empresario liberal.
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