Hace unas semanas el empresario de Ometepe, Álvaro Molina, leía con agradecimiento un mapa turístico en el que se promocionaba gratis la isla y su negocio… hasta que vio un error y otro y otro.
Al terminar, sumó 72 errores en el mapa, que se repetían en una serie de folletos y volantes. Eran fallas de ortografía, puntuación, palabras mal aplicadas, entre otras, en el idioma inglés.
Esto podría parecer intrascendente, pero según Molina, quien asegura hablar inglés nativo, podría dar mala imagen, tanto a la isla de Ometepe como a Nicaragua.
“Uno de los atractivos de un país es que se hable inglés, a los empresarios y a los turistas les atrae esto… si uno como dueño de negocio presenta esto en una feria de turismo van a pensar que en nuestros negocios en Nicaragua no podemos escribir bien el inglés ni para esto”, aseguró, señalando el mapa publicitario.
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DIRECCIONES SIN DESTINO
Entre otros problemas señalados por Molina está que el mapa y resto de documentos muestra direcciones de correos electrónicos a los que no tienen accesos los empresarios.
Si uno quiere mayor información de la Hacienda Mérida, el hotel de Molina, debe escribir a [email protected]. El caso es que los mensajes no les llegan a los empresarios y los interesados tampoco reciben respuestas a sus consultas.
“¿Quién tiene acceso a esos correos? ¿De quién es el dominio www.fincasverdes.com? ¿Por qué no nos dan acceso a los correos que dicen que son de nosotros?”, se preguntó Molina.
Esas respuestas tampoco pueden obtenerse por medio de los diseñadores del mapa, ya que sus teléfonos, según las operadoras de Enitel, no existen o están “suspendidos temporalmente”.
LA PRENSA buscó la versión de la Cooperación Alemana en Nicaragua, que se encargó de hacer realidad el mapa, pero la respuesta fue que no darían declaraciones porque no sabían de qué documento se trataba.
Otra que colaboró fue la Embajada de Holanda, pero esta nos remitió a la fundación Centro Empresarial Pellas que tras explicar que solo apoyaron una solicitud externa, nos “regresó” a la Cooperación Alemana.
También buscamos la versión de la contraparte nicaragüense, el Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), pero su director, Mario Salinas, no contestó ninguna llamada telefónica, incluso después de dejarle mensajes.
Molina dijo que este es un ejemplo de por qué la gente no ve el dinero que dona la cooperación internacional.
El empresario aseguró que ya pasó lo mismo hace tres años. “En aquella ocasión al menos nos tomaron en cuenta, les enviamos correcciones, pero al final no les hicieron caso porque ya no tenían tiempo, necesitaban imprimir”, dijo.
Añadió que en la mayoría de casos los “beneficiados” con la cooperación no se pueden negar a “recibir la ayuda” porque todo llega escrito desde Managua.
“Por eso se cae en la duplicidad de esfuerzos, como el estudio de frutas y vegetales, les dijimos que ya lo habíamos hecho, pero se nos impuso… a veces se nos van 600 dólares en una sola capacitación, otras tengo cinco trabajadores estudiando y solo tres clientes”, se quejó el empresario.
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