No tienen todos los materiales didácticos requeridos para la atención de los niños discapacitados en las escuelas regulares, tampoco devengan salarios extras y carecen de capacitaciones permanentes de parte del Ministerio de Educación (Mined), pero su mayor recompensa es conseguir que sus alumnos discapacitados promuevan al año siguiente, según la docente Dora Gladys Romero.
Ayer ni el calor de la mañana conseguía que los 48 alumnos de tercer nivel de preescolar del colegio Nuestra Señora de la Paz permanecieran quietos.
Romero alzaba la voz cada minuto para solicitar a sus estudiantes que permanecieran en silencio y atentos a la lección que dictaba.
Entre ellos hay un niño discapacitado que goza de la inclusión educativa que actualmente promueve el Mined en todas las escuelas regulares del país.
Sin embargo, “no es fácil conseguir tener el control de todos los niños y con el niño discapacitado la tarea se incrementa, aunque él es muy inteligente. Aunque me esfuerzo más, yo trato de dar lo mejor de mí para que el niño aprenda”, relató Romero.
Esta docente tiene asignada un aula de clases con una saturación de 48 de alumnos. La Ley General de Educación establece que cada docente debe atender 35 estudiantes por cada aula de clases.
La docente Sonia Gutiérrez labora en el colegio Nuestra Señora de la Paz y también atiende a alumnos discapacitados. Ella afirmó que el Mined no les proporciona capacitaciones para la adecuación de los planes y metodologías de estudios para atender a la población discapacitada en las escuelas regulares.
“A mí no me han dado ningún tipo de capacitación y la metodología que empleo es porque yo la diseño por mi cuenta”, dijo Gutiérrez.
Aun así, el viceministro de Educación José Treminio aseguró que dentro de los planes académicos del Mined está la capacitación permanente de docentes para atender a los niños discapacitados en las escuelas regulares del país.
El vicetitular del Mined no detalló la periodicidad de las capacitaciones y tampoco el monto de la inversión que destinan para el programa de inclusión de la educación.
“Atender a un niño discapacitado te toma tiempo y el Mined no nos ha dado nada de capacitación (…), pero la mayor gratificación es ver que el niño promueve a su siguiente año escolar y aprende muy bien las lecciones. Estos niños son más dedicados y aplicados”, apuntó Romero.
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