CORRESPONSAL/MATAGALPA
Israel Urbina Rivera trabajaba como constructor, pero cayó de una pared de cinco metros de altura sufriendo lesiones que le impiden caminar, por lo que ahora usa una silla de ruedas.
Sabía dibujar y tras el accidente, hace cuatro años, encontró una alternativa de inserción laboral en el programa denominado Artiespecial que funciona en Casa Dorothy, uno de los proyectos que la organización Familias Especiales Santa Julia Billiart (FE) impulsa en la ciudad de Matagalpa.
- Casa Santa Julia, Casa Yogurt, Taller de sillas de ruedas, el centro Rayitos, entre otros, son proyectos que también emprenden las Hermanas de Notre Dame de Namur a través de la organización Familias Especiales Santa Julia Billiart (FE) en la ciudad de Matagalpa.
Agregó que “por eso la Iglesia defiende la vida” aún desde el vientre materno, porque “igual es defender la vida de un niño de 5 o 14 años que padece alguna de estas dificultades sicológicas o motoras, que defender la vida de un niño desde el primer instante de su ser natural”.
“Tanto al niño que está apenas empezando en el vientre de la madre como al niño con capacidades especiales hay que defenderlos y dar la cara por ellos”, exhortó el Obispo.
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En Artiespecial varios jóvenes especiales como Urbina desarrollan técnicas y habilidades en diversas formas de arte como la pintura, serigrafía, elaboración de piñatas, rótulos y mantas.
Urbina ahora ha realizado algunos estudios para aprender técnicas de pintura y transmitir los conocimientos a los nuevos talentos que llegan a la organización.
Además, Casa Dorothy da empleo a jóvenes y madres especiales reciclando papel, una actividad en apoyo a la preservación del medio ambiente. Las madres especiales cuidan también un gallinero donde recogen huevos que sirven para apoyar al Comedor Sonrisa, otro de los proyectos emprendidos por la organización FE.
El Comedor Sonrisa, la organización impulsada por las Hermanas de Notre Dame de Namur, brinda desayunos y almuerzos diariamente a 80 niños con diferentes habilidades que trabajan en la organización fundada en 1996 y que poco a poco ha ido creciendo con más proyectos, explica la hermana Rebeca Trujillo, una de las fundadoras de FE.
Asimismo, el Comedor Sonrisa provee de granos básicos a las familias con niños especiales en todos los barrios en que incide la organización.
Todos esos proyectos, además de otros que están enfocados en salud y nutrición, educación y conciencia social, inserción social y recreación, permiten que FE atienda a mil 200 familias y a más de 700 personas con capacidades diferentes en Matagalpa.
“Trabajamos en todos los barrios, tenemos madres líderes en cada barrio y trabajan en 11 programas, cada uno de los cuales es para integrar a las personas con discapacidad. Por ejemplo tenemos de todo tipo de terapias: hipoterapia, fisioterapia, hidroterapia, terapia domiciliar y también tenemos un área de educación bien desarrollada”, dice la hermana Rebeca.
Según la religiosa, más del 64 por ciento de las personas que laboran en FE tienen algún tipo de discapacidad, “más que cualquier empresa en Nicaragua”.
En ocasión del Día del Niño, este miércoles, el Obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, visitó todos los proyectos de FE en Matagalpa y se declaró “impactado” por el talento de los niños y jóvenes con capacidades especiales.
En el Parque Accesible, único en Centroamérica diseñado para personas con habilidades especiales, una buena cantidad de niños hizo que el Obispo participara en una piñata.
Luego el jerarca católico bendijo el nuevo edificio, aún en construcción, del Centro Girasol, donde FE tiene una tienda de artesanías y un cafetín donde trabajan madres especiales elaborando comida de todo tipo, además de reposterías y bocadillos típicos de Matagalpa.
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