Zombis
Lo que más detesto de las campañas electorales es esa convicción que tienen la mayoría de los políticos de estar hablándole a una manada de borregos. La mayoría de los mensajes son idiotas e idiotizantes. A alguien se le ocurre que con solo repetir cien veces “empleo ya, empleo ya”, saldremos como zombis a votar por él sin detenernos a ver toda la cola que se carga. Pero no solo nos consideran idiotas, sino que también ellos se comportan como tales. Fíjense nomás en los de la Resistencia Nicaragüense. Pedían a sus aliados del Frente Sandinista la Vicepresidencia y unas diez diputaciones. Al final les dieron solo una diputación (y ni tan segura) y les prometieron cargos en el gobierno. ¿Qué cargos les van a dar? Tan azombizados están que ni se han dado cuenta que ya son gobierno y no les han dado nada. ¿Qué les hace suponer que si ganan de nuevo, esta vez sí les darán algo? ¿Son o se hacen? Es como si las elecciones afectaran directamente los cerebros.
Resumen electoral
Un amigo extranjero me pedía que le explicara en pocas palabra la situación electoral en Nicaragua y más o menos le dije esto: “Daniel Ortega está en palco alto, seguro que será reelecto a pesar que la Constitución del país se lo prohíbe, porque cuenta con la subordinación total del Consejo Supremo Electoral, que ha perdido por completo la decencia y se comporta más como un cuerpo mafioso que como un órgano electoral. Desprestigiado totalmente. Si Fabio Gadea, que es el segundo en las intenciones de votos según las encuestas, llegara a convertirse en un peligro real para Ortega, es seguro que harán algo para sacarlo de juego: desde inhibirlo, quitarle el partido o sabotearlo. Arnoldo Alemán, desde el sótano, parece esperanzado en eso. La gran incógnita a despejar en los próximos meses es si Gadea y su gente tendrán o no los suficientes pantalones para resistir y revertir la reacción orteguista si llegara ese momento”. Veremos.
Fraude
El fraude, le decía, es un hecho. Ya fue ensayado en las elecciones municipales anteriores y todo parece encaminarse hacia ahí. La apuesta es que la gente salga a votar y lo ponga en evidencia. Y que una vez puesto en evidencia, veremos si todos —partidos, ciudadanos y comunidad internacional— permitirán un gobierno salido de ahí.
Campo militar
Tenemos, dije, el peor árbitro electoral del mundo. Tan nefasto es que basta darse una vuelta por sus oficinas centrales y se verá una imagen surrealista: una oficina pública destinada a atender a la ciudadanía, convertida en algo similar a un cuartel militar en tiempos de guerra, donde los ciudadanos comunes y corrientes son retenidos en la calle por vallas y policías, y solo se permite el ingreso de aquellos que muestren el salvoconducto rojinegro de rigor. El miedo los atrinchera.
Obviedad
Dicen los obispos que no está dirigida contra nadie en particular la carta pastoral que dieron a conocer esta semana, donde fustigan el “culto a la personalidad”, el “irrespeto a la dignidad de los pobres”, la “autodivinización” y en la que piden a la población que “no le tengan miedo” a ese alguien que no mencionan. Tan obvia fue la carta que todos volteamos a ver para el mismo lado, como cuando el Chapulín Colorado le dejaba ir su riendazo a “alguien que no quiero decir su nombre, pero que lo estoy viendo fijamente”.
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