Por Gloria Picón
En plena madrugada, cinco vándalos irrumpieron los momentos de oración de algunos feligreses que se encontraban en la parroquia San Agustín, en Altamira, y con armas en mano violentaron las puertas y robaron la Custodia donde se guardan la hostia consagrada.
Eran los 2 am. cuando los asaltantes, portando dos fusiles y tres pistolas, amarraron a los dos guardas de seguridad, rompieron la urna del Santísimo y se llevaron la Custodia de oro que fue traída de Italia. Además, forzaron la puerta de la casa cural y robaron la cartera de monseñor Benito Pitito, documetos personales y el anillo consagración.