Por Auxiliadora Rosales
La chelista y profesora de música, Irma Koch, llegó a Nicaragua en 1999 para supervisar un proyecto de ayuda de su país, Alemania, quedó atrapada por el clima tropical de este país, la calidez de su gente y su deseo por aportar al desarrollo de la música clásica en un país lleno de talentos innatos, pero sin dirección.
“Me encantó Nicaragua, sobre todo por su clima es lo mejor que he visto, en Alemania la mitad del año me la pasaba enferma por el frío y desde que estoy aquí desde hace 12 años no me enfermo”, expresa.
“También me atraparon los alumnos nicaragüenses son tan diferentes a los alemanes. Los que estudian música aquí, lo hacen por pasión, en cambio en Alemania lo hacen entre otras cosas porque estudian pintura, natación, tenis y además música. Es muy lindo dar clases aquí, no hay dificultades de disciplina y avanzan muy rápido, son talentosos. Pero sobre todo me quedé porque aquí no había un profesor de violonchelo”.
Irma Koch Nació en Múnich, Alemania bajo el nombre de Irmgard que significa: la que guarda el hogar, pero que adoptó por el de Irma por su fácil pronunciación. En Nicaragua Irmgard se ha convertido en la guardiana de la música clásica formando a dos generaciones de músicos y en el 2005 formó la Orquesta Filarmónica Juvenil compuesta por 30 músicos cuyas edades oscilan entre 15 y 25 años con los que promueve el gusto por la música académica.
Ver en la versión impresa las paginas: 2