Por Luis Eduardo Martínez/Corresponsal/Matagalpa.- En la finca de cinco manzanas que posee en la comunidad Santa Isabel, municipio de Sébaco, el productor Dolores Antonio Alvarado Tórrez acaba de cosechar cuatro manzanas de un pepino amargo, también conocido como melón amargo o cundeamor chino.
Por el sabor es una fruta de escaso consumo a nivel nacional, pero con buena demanda en algunos mercados internacionales, principalmente en Estados Unidos y China. Así lo asegura Alvarado, quien ahora debe preparar las tierras para cultivar berenjenas.
Los rendimientos oscilan entre cuatro mil 500 y cinco mil cajillas de pepino chino por manzana, dice el productor, indicando que “todo va a Estados Unidos”.
Alvarado señala que la economía de su familia ha mejorado con la implementación de las llamadas Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) en los cultivos que por ciclos rota en la pequeña propiedad denominada Estancia Jael.
Las BPA son todas las acciones ejecutadas en la producción, desde la preparación de las tierras hasta la cosecha, embalaje y transporte, a fin de garantizar la inocuidad del producto, la protección del medioambiente y el bienestar de los trabajadores.
EQUIPOS
Alvarado ha recibido el respaldo del proyecto identificado como Acordar, siglas que traducidas del inglés corresponden a Alianza para Crear Oportunidades de Desarrollo Rural a través de relaciones agro-empresariales, el cual es financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
De hecho, junto a otros 149 productores de los departamentos de Matagalpa, Estelí, Jinotega, Nueva Segovia y Madriz, quienes implementan las BPA en sus parcelas, recibieron de Acordar equipos de protección para la aplicación de pesticidas.
Los equipos constan de gabachas impermeables, guantes, lentes, máscara y botas de hule.
“Esto es de gran ayuda para nosotros porque ya no estamos expuestos a intoxicaciones, aunque casi no usamos (productos) químicos porque son más biológicos y nada tóxico y por eso es que obtenemos productos sanos”, explica Alvarado.
Entre las BPA en su parcela, Alvarado menciona el uso de semillas resistentes a las principales enfermedades del cultivo, lo que influye en el uso de menores cantidades de plaguicidas. También aplica técnicas de conservación de suelos y basa la utilización de fertilizantes en los requerimientos nutricionales del cultivo.
Además cuenta con una bodega bien organizada, segura y con buena ventilación para el almacenamiento de los plaguicidas; un área para la mezcla de los agroquímicos y lleva registros pormenorizados de cada una de las labores emprendidas en el proceso productivo incluyendo las fases de postcosecha y comercialización.
Alvarado reconoce que las mejoras en su parcela han sido con aportes de Acordar, proyecto cuyas inversiones en beneficio de los pequeños productores que implementan BPA ascienden a 162 mil dólares, de los cuales 147 mil dólares provienen de USAID.
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