Aunque las autoridades del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred) ya dieron por finalizado el trabajo, más de 30 obreros se encargaban aún ayer de derribar parte de los viejos escombros de cuatro edificios terremoteados en pleno centro histórico de Managua.
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“Nosotros nos quedamos aquí porque todavía hay material y si ve, las faldas de los edificios aún están completas, entonces todavía nos queda trabajo por hacer”, indicó Richard Téllez, quien habita en el barrio Santa Rosa, al norte de Managua.
Téllez llegó hace unos dos meses, junto a otro centenar de obreros para derribar los cuatro edificios ubicados en frente de la Fuerza Naval del Ejército de Nicaragua y junto a la Cancillería de Nicaragua.
“Durante los primeros 45 días de trabajo nos fue bastante bien, la paga era de 600 córdobas a la semana y el material (hierro) que recogíamos era ganancia propia. Pero en los últimos 15 días solo hemos estado en la rebusca, pero aquí todavía estamos trabajando”, dijo por su parte Francisco Muñoz, otro de los obreros que empezó a trabajar en la demolición manual de los edificios.
Muñoz, al igual que otra decena de trabajadores de los escombros vive en los albergues de damnificados que fueron creados por el Gobierno y la Alcaldía de Managua en el invierno de 2010.
Oficialmente, el Cuerpo de Búsqueda y Rescate Urbano de la Dirección General de Bomberos (DGB) dio por finalizado el trabajo de demolición en 49 días de trabajo.
En declaraciones a medios oficialistas, el subcomandante Javier Amaya, encargado de la demolición, indicó que el plan original contemplaba que la demolición concluyera en 45 días. Sin embargo, hubo atrasos por problemas “técnicos”, que no detalló.
Los edificios demolidos representaban un grave riesgo para las personas que vivían dentro y en los alrededores. Ahora que el área casi está despejada se desconoce qué utilidad le dará el Gobierno.
DESCONTENTOS POR SALARIO
A pesar del festejo de las autoridades oficiales porque la demolición ya está en su fase final, un grupo de trabajadores se quejó ayer de la falta de pago.
“Nos prometieron un reconocimiento si nosotros concluíamos con la demolición rápido. Entonces, nos pusimos más las pilas, trabajamos en medio de grave riesgo, en edificios que hasta tenían seis pisos de altura y ahora no nos reconocen ningún dinero ”, criticó Eddy Osorio muy inconforme.
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