Después de venir escuchando las promesas de campaña hechas por los candidatos presidenciales de la oposición y compararlas con la lista de diputados que inscribieron el pasado 23 de mayo, solo me queda recordar la frase con que me recibiera mi padre cuando fui a visitarlo al norte y que da título a este artículo. Siempre se ha dicho que los pueblos tienen los gobiernos que merecen. Esto no aplica al nuestro, pues este ya demostró hasta la saciedad querer ser gobernado por hombres honestos y que gobiernen con honestidad. Por eso mi reclamo a don Fabio, quien desde que aceptó ser candidato a la presidencia nos ha venido ofreciendo un gobierno diferente.
Lo que leímos en la lista de los candidatos de UNE es más de lo mismo que hemos estado viendo en la Asamblea durante los últimos cuatro años, son los mismos que salvo raras excepciones, como los diputados Indalecio y Maximino Rodríguez, no han tenido una actuación satisfactoria. Más del noventa por ciento de ellos nunca introdujo una iniciativa de ley, más de una vez demostraron falta de capacidad como legisladores y más de una vez se “equivocaron” al apretar el botoncito en leyes importantes votando en perjuicio del pueblo nicaragüense. A todos estos diputados los veremos sin excepción nuevamente en el parlamento. Pero eso no es todo, lo que más preocupa es que estos señores conformarán más del 70 por ciento de los diputados que PLI-UNE sacará el próximo 9 de noviembre. Don Fabio, la revolución de la honestidad dice mi padre que empieza con cumplir lo que se promete y ni yo ni este pueblo que hemos estado pendientes de sus promesas de campaña sabemos qué se hicieron los hombres valiosos que usted nos dijo serían parte de dicha revolución, hombres como don Tuto Navarro, Roger Arteaga, “Chanito” García, Ariel Terán, Álvaro Jerez, Augusto Ayala, Francisco “El Gato” Rivera, Oscar Sobalvarro (comandante Rubén), Luis Fley (comandante Johnson) y otros. No vemos en el norte un solo miembro de la Contra en posición ganadora, pero sí vimos candidatos inscritos violando la Constitución igual que el señor Ortega y validando así decretos inconstitucionales, aunque ya se subsanó el error el mal sabor queda, don Fabio, por qué ninguno de los miembros de la sociedad civil que lo apoyaban los vemos como candidatos a diputados.
Los Contras no nos sentimos satisfechos con los diputados que le impuso Eduardo Montealegre, hay quienes dicen que lo que pesó más a la hora de la escogencia fue la lealtad de los candidatos a don Eduardo; ¿lealtad para qué, y lo que es más importante qué beneficios obtendrá Nicaragua producto de esa lealtad? Para los que aducen que los diputados que repetirán ya tienen experiencia, al respecto he de decirle que no confunda años de experiencia, con años de errores.
Don Fabio, los cincuenta mil muertos que aportó la Contra al restablecimiento de la democracia estoy seguro que por su culpa hoy se retuercen en sus tumbas al ver a connotados sandinistas por encima de los hermanos de lucha que sobrevivieron en su lista de candidatos a diputados.
Don Fabio, la revolución de la honestidad debe nutrirse de caras nuevas, de hombres y mujeres que han probado su lealtad a la Patria.
El autor es abogado y miembro de la Resistencia Nicaragüense.
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