“Para mí, el gran riesgo en Nicaragua es politizar la seguridad pública”. Este es la apreciación del especialista en temas de seguridad y defensa nacional, Roberto Cajina.
En su análisis Cajina recordó que el desborde de la inseguridad lleva a un incremento de los delitos, no solo en referencia a los datos estadísticos en general, sino al incremento de los delitos de mayor gravedad, como los asesinatos.
El especialista puso de ejemplo que el asesinato del estudiante universitario Evans Omar Ponce, en los alrededores de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), hace un mes y medio, fue cometido con saña, lo que representa que “la gravedad de los delitos va siendo cada vez mayor”.
Cajina estimó que si la Policía Nacional se presta a politizar la seguridad en el país, las consecuencias serán de mayor inseguridad.
Señaló el hecho de que la institución esté siendo reforzada con oficiales leales al partido de gobierno, el Frente Sandinista, representa “la politización de la seguridad pública”.
El experto mencionó que la Policía también juega mucho con la percepción y la realidad sobre el tema de la seguridad. Hizo ver que la directora de la Policía, primera comisionada Aminta Granera, señaló recientemente que la percepción de inseguridad es subjetiva.
A juicio de Cajina “la Policía no puede centrarse en querer justificar su no actuación a partir de la subjetividad de la percepción. En absoluto”.
MODELO A LA “VENTA”
En actividades desarrolladas previo a la Conferencia internacional sobre seguridad en la región, realizada la semana pasada en Guatemala, la primera comisionada Granera fue invitada a exponer el modelo policial de Nicaragua, dado que se ha promocionado como el país más seguro del istmo.
“Quizás la principal característica del modelo policial nicaragüense es una inmensa red de voluntarios que supera ya las 100 mil personas que, de forma voluntaria y organizada, trabajan día a día con la Policía Nacional”, dijo Granera en Guatemala.
Tras señalar: “Aquí tenemos los Comités de Prevención Social del Delito que están en torno a cada una de las delegaciones policiales y los Gabinetes del Poder Ciudadano (ligados al Frente Sandinista). Tenemos jóvenes que han participado en las pandillas juveniles, se han desmovilizado y ahora trabajan con nosotros en función de la prevención de la violencia juvenil”.
Sin embargo, Cajina estimó que si se toma en cuenta el parámetro internacional de medir la seguridad por la cantidad de homicidios por cada 100 mil habitantes, Nicaragua no está ni entre los mejores ni entre los peores, pues la media nacional es de 13 homicidios por cada 100 mil habitantes según los datos oficiales. La media mundial es de ocho homicidios por cada 100 mil habitantes.
Cajina señaló que tiene menos confianza en las estadísticas policiales, porque tiene la percepción de que se está dando una especie de manipulación de las mismas.
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