Su rutina inicia a las 3:00 a.m. Primero prepara la masa con la que hará unas 200 tortillas y luego se alista para ir a la escuela comunitaria de San Rafael del Sur, donde se desempeña como maestra de educación preescolar.
Ana María Mora Morales, de 31 años, tiene que ser docente, vendedora de tortillas, educadora técnica y comerciante de productos de belleza para conseguir un salario estable que le permita mantener a sus padres y sus dos hijos.
Su sueño es ser mercadotecnista, pero su pasión es enseñar a leer y escribir a niños que apenas entran a la escuela.
“REBUSCÁNDOSELA” LLEGA A C$2,400
Como docente comunitaria gana 500 córdobas mensuales, más 700 córdobas del “bono solidario” que entrega el Gobierno desde hace año y medio a trabajadores estatales que ganan menos de 5,500 córdobas al mes.
Sin embargo, estos 1,200 córdobas resultan insuficientes para la alimentación de sus dos hijos y los gastos de la escuela primaria de ambos.
La docencia no concluye en las mañanas. Por las tardes, Mora Morales enseña pastelería y confección de piñatas a un grupo de mujeres emprendedoras de San Rafael del Sur. Este esfuerzo representa unos 200 córdobas extras para su salario.
“También la Alcaldía nos da una ayuda mensual de 300 córdobas y con esto ya tengo 1,700 córdobas y con la venta de tortillas y productos de belleza llego a las 2,400 córdobas”, dijo Mora Morales.
Los salarios para el magisterio nacional son bajos. Un docente de educación preescolar comunitaria gana 500 córdobas mensuales; 3,800 córdobas gana un docente de primaria y 4,200 córdobas uno de secundaria.
CARRERAS DE EDUCACIÓN NO SON APETECIDAS
El decano de la Facultad de Ciencias de la Educación, Alejandro Genet, dijo que las carreras de la educación no son apetecidas por los bachilleres que intentan ingresar a la educación superior del país, por una razón sencilla: los bajos salarios.
Por décadas los maestros del país han luchado por mejorar sus condiciones salariales. Sin embargo, aún no consiguen obtener el salario promedio centroamericano que ronda los 500 dólares, según la Unidad Sindical Magisterial (USM). En Nicaragua no sobrepasan los 200 dólares.
“Si no se mejoran los salarios estas carreras van a seguir teniendo matrícula baja. Lo que vemos es que solo quienes realmente sienten la vocación buscan cómo ingresar a las carreras de docente y los alumnos que tenemos los hemos reclutado en las visitas de campo en las zonas rurales del país”, dijo Genet.
APRENDIÓ A LEER Y ESCRIBIR A LOS 15 AÑOS
Mora Morales aprendió a leer y escribir cuando tenía 15 años y cuando tenía 22 años culminó sus estudios básicos.
“Yo no tengo un buen salario, pero cuando veo que cada niño escribe su primer nombre me llena de emoción y por eso es que me estoy profesionalizando en la docencia”, reveló Mora Morales.
Cada 15 días esta profesora viaja a la Escuela Normal de Jinotepe, Carazo, donde consiguió un cupo para dejar de ser docente empírica. Esta es una muestra de cómo están los maestros del país que hoy festejarán el Día Nacional del Maestro.
El presidente del Foro Eduquemos, Ernesto Medina, resaltó que los maestros aún no reciben el pago que merecen por su compromiso con la educación de Nicaragua.
“No hay una política educativa que se haya cumplido. Todo hasta hoy ha quedado en promesas y no se le ha dado al magisterio un verdadero motivo para festejar su día y mientras continúen en esta situación el país no conseguirá elevar los niveles de calidad educativa”, dijo Medina.
El exministro de Educación, Carlos Tünnermann, dijo que mientras el magisterio no consiga cubrir por lo menos el gasto de la canasta básica, el país no dispondrá de educadores motivados para ofrecer una educación de calidad.
Lesbia Rodríguez, miembro de la USM, recordó que el Ministerio de Educación (Mined) debería esforzarse por implementar una política de aumento salarial constante para el magisterio. No obstante, de acuerdo con Rodríguez, la institución educativa se ha enfocado en garantizar la movilización de los escolares que participan en actividades partidarias.
“No podemos seguir creyendo en promesas. Ahorita estamos en una campaña electoral y van a sobrar las promesas de aumentos salariales”, dijo Rodríguez.
Actualmente el magisterio del país, además de haber perdido el poder adquisitivo de la canasta básica —de 9,454 córdobas a junio— ha perdido el respeto de parte de alumnos que integran la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES).
Este gremio estudiantil paraliza las clases cada vez que el gobernante FSLN organiza actividades político-partidarias. Para esto, disponen del apoyo incondicional de los directores, según publicó LA PRENSA ayer.
TRABAJAN EN FÁBRICAS DE PURO
Por su parte maestros de Estelí tienen que mantener dos o más plazas, o realizar otras labores, como obreros en fábricas de puros, para lograr llevar la comida a sus hogares.
La maestra Adalid Chavarría explicó que, para poder satisfacer parte de sus necesidades, imparte clases de lunes a viernes en el instituto nacional Francisco Luis Espinoza, tiene que rebuscar un trabajo el sábado y otro el domingo “para poder cubrir la canasta básica (de 9,200 córdobas), y cuando nos enfermamos, a veces la clínica (del INSS) no tiene los medicamentos que necesitamos y tenemos que comprarlos y el maestro hace maravillas con el poco salario que ganamos”, dijo Chavarría, quien agregó que muchos trabajadores están ganando más en una fábrica de tabaco que el aula de clases.
Chavarría atiende a casi 300 estudiantes en el Instituto Nacional Francisco Luis Espinoza. Afirma que del poco salario que recibe, también tiene que destinar un monto para material didáctico, ya que el Mined este año no les está garantizando ni los marcadores.
“Al estudiante no se le puede pedir nada porque la educación es gratuita, pero esa gratuidad muchas veces recae sobre nosotros; el maestro tiene que costear todo, porque compramos desde el papel hasta los marcadores”, expresó Chavarría.
Ver en la versión impresa las páginas: 1 A ,6 A