EL CAIRO/EFE
Los alrededores de la emblemática plaza Tahrir, de El Cairo, fueron escenario entre la noche del martes y ayer de una batalla campal entre policías y manifestantes, quienes se enfrentaron por el arresto de supuestos familiares de víctimas de la revuelta que puso fin al gobierno de Hosni Mubarak, en febrero. La batalla campal dejó 1,114 heridos, según el Ministerio de Sanidad.
La tensión comenzó en el teatro Al Balon de la capital egipcia, donde se celebraba un acto para las familias de las víctimas de la revolución.
Alrededor de 150 personas intentaron entrar en el teatro diciendo que eran familiares de los mártires, pero les fue prohibida la entrada. Este maltrato motivó a decenas de personas a intentar atacar anoche el Ministerio del Interior y a cientos más a acudir a Tahrir en solidaridad con los familiares de las víctimas.
Los manifestantes lanzaban piedras contra los policías, que trataban de proteger el Ministerio del Interior, cercano a la plaza, y respondían con gases lacrimógenos y balas de goma.
Al menos 43 personas fueron detenidas por su supuesta implicación en los disturbios, apuntó una fuente de alto rango de los servicios de seguridad del Ministerio del Interior, según la versión digital del diario Al Ahram.
Mientras algunos acusan a las fuerzas de seguridad de ejercer una violencia excesiva contra los civiles, otros achacan el provocar los disturbios a fieles del antiguo régimen descontentos por la disolución, el martes, de los consejos municipales.
La junta militar aseguró que hay “un plan organizado” para causar tensión y desestabilizar el país. Esta declaración no era compartida por la doctora Shadia Abdelrahim, que curaba a los heridos en un improvisado hospital de campaña situado en Tahrir. La doctora expresó: “la policía estaba usando la violencia y traspasando los límites”.
Con el fin de calmar los ánimos, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas pidió a los ciudadanos egipcios que resistan los llamamientos destinados a causar tensión, mientras que el Ministerio del Interior solicitó que no se preste atención a los rumores divulgados para causar conflicto entre el pueblo y la Policía.
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